Capítulo 50

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Maratón (2/4)

Pov. de Tn.

-¡PAPÁ NO! - gritaba Baek mientras Bon-hwa lloraba yo voy detrás de ellos desesperada con mi corazón a mil, bajando esas escaleras como loca.

-¡Deja a mi hijo! - exclamé ya estando en el primero piso.

-Mamá - decía mi pequeño llorando - Mamá - su rostro estaba rojo, sus ojos hinchados al igual igual que todos.

-Bon-hwa deja de ser un niño pequeño y aprende a comportarte me acompañarás y punto - dijo firme ese hombre que es padre.

-¡NO! - aparté a Baek y lo puse detrás de mi para dirigirme a Arturo y darle una bofetada y un golpe con la palma de mi mano en la nariz para atontarlo.
Ni medio vio como soltaba a mi hijo, lo tomé entre brazos - Mi vida - no ente día nada pero por mis gritos y los de Baek al alterarse también, estaba hecho un mar de lagrimas - Lleva a tu hermano al cuarto ya - Baek reaccionó y se lo llevó corriendo.

Me volteé a verlo y sin siquiera esperarlo mi rostro es volteado hacia un lado. Toco mi mejilla y alzó la mirada, él estaba con una respiración irregular y se reflejaba que tenía un gran coraje.

-¿Qué es lo que te pasa? ¿Cómo te atreves a meterte? - sus palabras eran frías y duras.

-Es mi hijo y no vas a llevarlo a ese lugar asqueroso - me paré recta ante él.

-Es algo que debo hacer, es por el bien de nuestra familia, del negocio.

-Me importa un comino, a mi hijo no lo tocas y punto - vi como su mano se alzaba de nuevo, estaba dispuesta a recibir otro golpe, sin embargo se detuvo y se fue.

-Esto no se queda así - cerró de un solo portazo la puerta.

Solté un gran suspiro y no esperé más para ir corriendo hacia mis hijos. Rosa no estaba en casa había sido mandada a comprar lo que fuera necesario para la casa algo extraño en su momento, pero ahora claro.

-Baek, Bon-hwa - llamé abriendo la puerta del cuarto.

-¡Mami! - gritaron ambos al verme y saltaron para abrazarme.

Yo me puse a su altura y los abracé fuerte - ¿Están bien?

-Shi - dijo mi pequeño - Papi asutó mucho, agadó muy fuete el bazo a Bon-hwa - lloriqueo.

-Lo sé amor lo sé - acaricie su rostro.

-¿Mami está bien? - preguntó mi otro pequeño.

-Si Baek, estoy bien - y no aguanté más y me puse a llorar.

Todo esto es mi culpa, me acostumbre a esta vida, no luché por salir de aquí, si tan solo hubiera escapado desde antes quizás nada de esto estuviera pasando y mis hijos no serían los perjudicados.

-Lo siento, lo siento - dije sin más sintiendo las manos de esos dos ángeles tratando de quitar las lágrimas de mi rostro.

Nos quedamos llorando por un buen rato hasta el punto de que mis hijos se quedaron dormidos.

Los pasos en el piso de abajo me hicieron despertar. Con cuidado de no despertar a mis niños me levanté de la cama y salí de esa habitación. Al bajar las escaleras me dirigí de una a la cocina encontrándome a Rosa.

-Rosa - mi voz se quebró.

Ella volteo a verme espanatada - Pero ¿qué pasó? ¿Los niños?

-Yo - mis lágrimas no paraban de salir - Estaba asustada - tomo mi mano y me hizo sentarme en la silla del comedor - Dijo que llevaría a Bon-hwa a tu trabajo - eso último lo puse entre comillas con mis dedos - Y mi pequeño dijo que no y perdió la paciencia - mis ojos parecían ríos - Lo comenzó a jalar, Baek fue detrás de él tratando de impedir que se lo llevara y le hiciera daño y fue empujado, gritaba, yo iba detrás tratando de detenerlos y al final lo golpeé y él me lo devolvió, pero no importó porque mis hijos están bien - seguí llorando.

Seré madre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora