Capítulo 41

405 24 1
                                    

Pov.Tn

-Rosa,Rosa - caminaba de un lado al otro - ¿Qué voy a hacer? - dije un poco exaltada jalándome unos pocos mechones de mi cabello - No puedo tener otro hijo, menos con él- me acerqué y la tomé de los hombre.

-Mi niña - acarició mis manos - Te ayudaré, de alguna manera, lamento tener que decirte que tendrás que tener al bebé quieras o no - bajé mi mirada - Pero el no te tocará, como dijiste en tu mentira, haremos que sea por una inseminasión artificial - se podía notar lo decida que estaba - Me aseguraré de ello - la miré de nuevo a los ojos y por la amenaza de llanto agaché mi cabeza.

Al notarlo Rosa me abrazó y comencé a llorar. No quiero un hijo, no con él y el saber que es imposible el oponerme me enferma, seré madre de nuevo, ese sería un hecho, y él escapar cada vez se hace un camino más largo.

- Entonces ¿que haremos? - inquirí.

- Le diremos que quieres que te acompañe al doctor, por Baek no hay problema, nos lo llevamos y ya, tengo a alguien que nos podría ayudar en esto, iremos a ese hospital.

- ¿Cree que se traguen todo ese cuento?

- No hay que preocuparse, el hospital está cercano de este lugar, usted invéntese que quiere ir al centro médico más cercano y ahí vamos, ya realizaré la llamada, todo estará listo - asentí eufórica.

- Muchas, pero muchas gracias Rosa - la abracé fuerte.

- No tiene que agradecer, ahora vamos que tenemos cosas por hacer , Baek ya mismo va a levantarse para jugar.

- Si, ese dormilón ni medio comió y ya se duerme, no lo culpo anoche lo mantuve aún más despierto por mi insomnio fui egoísta - admití y es que era verdad, Arturo se quedó con mi padre hasta tarde y yo del tanto pensar no opté por otra opción más que molestar a mi hijo. No aguantó mucho y se durmió, en cambio yo no dormí nada. Mis ojeras, eran una evidencia.

Me puse a hacer lo que debía a pesar de las insistencia de Rosa de que ella haría todo - Mi niña, cuando termines anda a ver a Baek yo me encargo de lo demás.

- Pero yo quiero ayudar con el almuerzo - hice un puchero.

- Está bien, termina eso primero y luego vamos a la cocina, esperemos Baek no se levante .

-No creo, si lo hace lo ponemos en la silla con sus juguetes y ya.

-Oh, en tu espalda con una manta amarrada - dijo.

-También, hace mucho que no lo hago ¿se acuerda la primera vez que lo hice?

Una carcajada muy fuerte se escuchó- Claro que me acuerdo, sudabas por montones imaginando que se te caería hasta lloraste.

- Es verdad, soy todo un caso, pero ahora con el nuevo bebé ya no estaré con los nervios de punta.

- Ese niño te aseguro que va a ser una felicidad infinita en esta casa, con Baek harán las travesuras inimaginables, te sacarán canas - de manera burlona me lo dijo y no se equivocaba  dos pequeños serán una total locura.

- Sabe Rosa - ella me miró, dejando de lado lo que estaba cortando - Yo si voy a querer a este bebé, no tiene la culpa de nada, me da pena el padre que va a tener pero yo recompensaré todo eso - soné firme ante mi decisión y es que eso haré, nada va a cambiar será mi hijo y lo amaré como tal.

-Así se habla mi niña - me dio una caricia en la cabeza sonriéndome muy feliz.

Seguimos haciendo lo que debíamos, ella avanzaba lo del almuerzo y yo limpiaba los polvos, que era lo único que me faltaba. De pronto un llanto fuerte se escuchó y las dos reímos.

Seré madre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora