Capítulo 52

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Maratón (4/4)

Pov. Tn

Sentía mi corazón bombear más de lo normal, atrás mio estaban esos dos autos que no se negaban a irse, solo puedo decir que pase lo que me pase lo importante es que mis hijos están en otro lugar.

-¡Tn, deja de conducir de esa manera y para ya el auto! - su voz ya no era una persuasiva, estaba dandone órdenes.

-No lo haré - le respondí segura.

-Carajo mis hijos están contigo - quise reimele pero no puse debía estar comportarme.

-¿Y eso qué? Son mios no tuyos - lo solté con simpleza.

-Pero Arturo es su padre quieras o no - toda la poca estabilidad que tenía se fue a la borda en cua to escuché su voz, el temblor de mi cuerpo no se hizo esperar - Haz caso y regresa, no quiero hacerte daño ni que te lo haga junto a los niños.

¿Y si se trataba de una mentira? ¿Y si ya sabía qu ellos no estaban aquí? No puedo arriesgarme no, no hasta estar lo más cerca posible de poder llegar a la ciudad. Ante los ojos de los pocos carros que transitaban en esta carretera no había nada sospechoso y si lo llegaba a haber nadie me ayudaría, porque así son las personas, a menos que a ellas no les suceda algo nunca darán su mano para levantarte.

- Lo siento pero no quiero estar contigo.

-¿Y qué piensas hacer? ¿Volver con tu familia? ¿Volver con Jimin? - se rio dejando casi estática en mi lugar - Por favor Tn, ¿no te has puesto a pensar que te hecharán la culpa de todo? El padre de Baek hasta te puede demandar por negligente, y criarlo junto a su nueva novia, te quitarían la custodia de Bon-hwa y quizás quede en un orfanto, entonces ¿aún así te quieres ir? - suspiró - Hija mia entiende algo, si vas a salir por ese hombre, el ya está comprometido, si no me quieres creer pregúntale a Arturo él se lo encontró en su viaje a Estados Unidos.

-Es verdad Tn, era una reunión de puro empresario y Jimin anunció su boda.

-Eso no... - susurré, pero que puedo hacer han pasado cuatro desde que me fui, es obvio que él rehaceria su vida - Pues no me interesa - les dije sin más - No me interesa si el no esta conmigo, yo por un hombre no vivo - setencié - Así me quede sola, no me va importar si tengo mi libertad y la de mis hijos.

Un silencio se instaló hasta que nuevamente la radio comenzó a sonar - Hija eres muy astuta - fruncí mi ceño - Mandar a tus hijos en otro auto es espectacular.

Detuve el auto abruptamente - ¿Qué acabas de decir?

-Soy un hombre viejo, aunque me tardé en notarlo, así que ¿por qué no mejor bajas de ahí y los buscamos como una familia feliz?

Tragué grueso, mis sentidos parecían desfallecer, sin embargo no tenía otra opción, mi miedo se cumplió supo de mí plan, así que era hora de salir o nada y tener algo de tiempo.

Abrí la puerta y salí con cuidado. Alcé las manos en rendición y di pequeños pasos. Arturo salió de inmediato y a zancadas se acercó a mí y me abofeteó. No hice nada al sentír en sabor de la sangre, ni el dolor de su agarre en mi cabello - ¿Dónde están ellos?

- Ellos -me le reí - Pensé que sí lo sabían - otro golpe más recibí.

-Dime - lo miré a los ojos y le escupí en la cara, algo que me costó un puño en mi cara, dejándome tirada en el suelo.

- Ya que no me lo vas a decir, iré yo mismo a verlos.

-Espera - me puse te pie como pude - Ya que insistes en saber, pues ahora mismo han de estar en una comisaría pidiendo ayuda - y comencé a reírme como loca - Se jodieron, ya vienen - no estoy segura de eso pero una mentira no hace daño.

Seré madre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora