Capítulo 73

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Pov. Narradora

Estaba en el tribunal, los días de preparación, fueron extenuantes, recordar todo con lujo de detalle, mejorar respuestas antes preguntas del mismo abogado y del que interrogara por la parte contraria; no había podido si quiera estar decentemente con los niños.

Su madre, junto a Rosa, habían vuelto, y  se encargaron de cuidar a los niños en casa.

No podía evitar los nervios, a pesar de que se le informó que no lo iba a ver, por protección a su persona al haber sido una víctima de él, no podía evitar sentirse de esa manera. Agradecía inmensamente que su abogado no se haya detenido y siguiera insistiendo para que de su testimonio sin tener que tenerlo en frente.

Faltaban unos diez minutos antes de que le tocase sentarse frente al estrado. Jimin estaba volviendo con un café en mano a su lado, él se había dispuesto a acompañarla.

Al final la espera acabó, sentía su corazón  salir a cada paso que daba hasta llegar al estrado. Jimin se sentó entre los espectadores y lo que faltaba de trayecto lo hizo sola, mientras miraba a su abogado quien le asentía con la cabeza.

Ya al lado del juez, aun de pie, puso la mano sobre ese libro negro, que aunque se lo había explicado el abogado Lee, ya no se acordaba de que era. Su mismo abogado se puso de pie y preguntó.

—¿Señora Kim,  jura decir la verdad y nada más que la verdad?

—Si juro decir la verdad y nada más que la verdad —lo dijo alzando su mano derecha.

—Por favor tome asiento.

Y con eso el repletorio de preguntas que debía de hacerle conforme contaba cómo habían sucedido la cosas llegaron. Contestó cada una de ellas sin falta y Auqnue un poco nerviosa e incomoda por recordar todo, pudo declarar cada uno de los detalles que servían para su caso. Al no saber muy bien lo que hacían en sus negocios, no podía aportar mucho en ese ámbito.

Fue cuestión de una hora para tener todo en claro, el abogado por parte de Arturo solo cuestionó una que otra cosa, podria haberla atacado cuestionandole el porqué su decisión de no huir y decidir quedarse con esas personas por más que estaban en peligro, dando argumentos de mala madre, de mujer que se le hizo fácil el tener comodidades y mucho más, pero no lo hizo, no podía ir tan bajo, Tn era una víctima y de eso no había dudas, hacerlo sería solo causar más dolor.

Los padres de Arturo estaban en silencio, la madre la observaba con todo el desdén del mundo, olvidó por completo el cariño que le tenía a esa niña pequeña de su amiga.

El juez decidió dar un receso hasta dar con el veredicto final, para este no había necesidad de que se quedara  Tn, por lo que solo tuvo que salir de esa sala.

—Quiero sentarme un momento —le dijo a Jimin, quien la llevó a uno de los asientos de espera y se puso junto a ella.

—Ya todo terminó mi amor, lo hiciste muy bien —besó su frente.

—Sí, por fin —sonrió débilmente y se dejó caer en su hombro. —Mejor ya vamosno de aquí, quiero ir a ver a mis bebés.

—Claro pero ¿Quieres algo antes de irnos?

—Solo voy al baño a lavarme la cara y ya.

—De acuerdo aquí te espero.

Fue hasta los baños, vio cuál era para las mujeres y se adentró ahí.
Se apoyó en el lavabo, suspiró fuertemente mientras se miraba al espejo. Sin más tomó el agua entre sus manos y mojó su rostro y después tomando dos toallas de papel para secarse.

—Dios mio, que cansado esto —negó aun con la mirada hacia abajo buscando el basurero para tirar las toallas.

—Sí amor qué cansado todo esto.

Seré madre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora