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Lo sucedido en uno de los últimos entrenamientos con Laura finalmente se había quedado en un susto y ya había vuelto a los entrenamientos para preparar los playoffs. Teníamos por delante un primer choque de cuartos complicado contra Araski jugando el primero ante nuestra afición.

Estaba nerviosa por volver a jugar este tipo de partidos en España y más sabiendo que iba a tener a parte de mi familia animándome desde el pabellón, entre ellos mis padres. Siempre había tenido una relación un poco distante con mi padre al no cumplir con lo que él siempre había esperado de mí y por eso el saber que iba a estar ahí, me hacía sentirme más presionada por hacerlo bien.

Aquella mañana me había despertado más pronto de lo habitual y había decidido ir a dar un paseo cerca del río. Estaba escuchando una de mis playlists y de repente saltó una canción que me hizo pensar en ella. No pude evitar sacar mi móvil del bolsillo y escribirle un mensaje dándole los buenos días. Además, ella también jugaba hoy y quería desearle suerte, pensando también en ojalá poder enfrentarnos en un futuro.

Tenía muchas ganas de verla y, a pesar de que yo era la que le había tratado de tranquilizar con el tema de la distancia, sentía que cada vez se me hacía un poco más duro lo de no poder verla. Mientras la canción seguía reproduciéndose en mi móvil, sentí que vibraba avisándome de una nueva notificación.

| Luisita | 08:32

Buenos días preciosa

Me acabo de despertar y aún sigo en la cama

Ojalá estuvieras aquí conmigo

| Amelia | 08:34

Me muero de ganas!!

Menos mal que ya queda menos para poder vernos

Aunque realmente espero que no sea hasta la final


| Luisita | 08:34

Para qué quieres que nos enfrentemos en la final si te voy a dar una paliza?

| Amelia | 08:36

Uy qué chulita te has levantado tú hoy

| Luisita | 08:36

Hoy y siempre

Y te encanta

| Amelia | 08:36

Muy segura estás tú no?

| Luisita | 08:38

La verdad es que no 🥺

| Amelia | 08:38

Pues deberías estarlo porque me vuelves loca

| Luisita | 08:38

Ojalá pudieras demostrármelo aquí y ahora 😏

Seguí hablando con ella mientras volvía a casa y comenzaba mi rutina de cara al partido. Me hice un desayuno un poco especial, organicé toda la ropa y me fui hacia el pabellón. Teníamos una sesión de tiro y una breve charla con la entrenadora a la que le preocupaba no solo nuestro estado físico, sino también el mental al saber la presión que conllevaba todo esto.

La hora del partido llegó. Nada más salir a la pista sentí que los nervios que había estado teniendo desde hacía unos días desaparecieron y que mi cabeza estaba solo centrada en lo que iba a pasar durante aquellos cuarenta minutos de juego. Los primeros minutos fueron para conocer al rival y el planteamiento que había decidido, nos metieron alguna que otra bandeja fácil sobre todo cada vez que conseguía Asurmendi se desmarcara y encontrara el aro completamente sola. Sin embargo, tras un tiempo muerto conseguimos demostrar nuestro mejor nivel y yo me sentí muy cómoda desde el tiro exterior.

Un sueño compartidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora