XCVII - Visitantes inesperados

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Melissa palideció. Saeyoung no sabía cual era la verdadera causa. ¿Las náuseas? ¿Realmente debió quedarse en casa después de todo? ¿O es que se debía a esa llamada? Si se fijaba, la mano de la castaña temblaba un poco. Era difícil saberlo, porque se había quedado totalmente callada.

—¿Es una broma?

Melissa pasó saliva, sin hacerle ni un solo gesto a Seven, a pesar de que él estuviera buscando una respuesta constantemente.

—Pero estamos de camino al lugar donde vamos a llevar a cabo la ceremonia. Tenemos cita, no podemos faltar.

Saeyoung continuó conduciendo porque no sabía que otra cosa hacer.

Colgó poco después. Un profundo suspiro le indicó al pelirrojo que no había buenas noticias.

—Mis padres están aquí. —dijo de pronto—. En la ciudad.

Saeyoung frenó bruscamente, pero controló el vehículo.

—¿Qué? ¿Aquí? ¿Ahora?

Ella asintió con la cabeza.

—¿Por qué han hecho eso? Tan de repente, y sin avisar.

—¡No lo sé! —Se cruzó de brazos—. Dicen que vienen con nosotros. Al parecer se han perdido un poco. Están cerca de casa, donde les ha dejado el autobús.

—¿Por qué no han cogido un taxi?

—No lo sé. ¡Dios, Seven! Solamente nos ocurren imprevistos. ¿Te importa volver a recogerlos?

El joven tragó saliva.

—En absoluto. Que vengan con nosotros, no pasa nada.

Saeyoung inspiró hondo y se dispuso a dar media vuelta. Sin poder creérselo.

Sus suegros estaban allí.

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¡Dios, Seven! - Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora