Sabía que vivir con él sería de todo menos normal.
Melissa no estaba preparada para todo lo que iba a suponer vivir con un hacker que a veces parecía tener seis años de edad mental.
•Mystic Messenger FanFiction•
Seven/Luciel/Saeyoung
MICROCAPÍTULOS...
Las palabras del doctor fueron la gota de esperanza que Seven necesitaba desesperadamente en ese momento.
«Se encuentra estable»
Saeyoung sintió como los ojos se le colmaban de lágrimas. Y delante de su suegro, que no daba crédito.
—¡Pero hombre! ¡Serán de felicidad!
—Monitorizaremos el estado de la señorita Melissa durante las próximas 24 horas variables. —añadió el médico.
—¿Y los bebés? —preguntó la señora Amanda.
El médico asintió con la cabeza, avergonzado por no haber reparado en ellos.
—Acompáñame. —Le dijo al pelirrojo—. Acaban de nacer, y lo justo es que tenga el privilegio de escuchar sus primeros llantos.
Saeyoung se secó las lágrimas con las mangas de la sudadera. El doctor respiró profundo por las fosas nasales, al tiempo que la madre de Melissa le ofreció un pañuelo.
—Adelante. ¡Vamos! —Le animó—. ¡Sino seré yo la que vea a esos llorones!
Más decidido, se secó con el pañuelo y asintió con la cabeza. El señor Craine se sentó en los asientos, más tranquilo. No quería admitirlo y se hacía el duro, pero los nervios de la espera le empezaban a carcomer el alma.
Seven siguió de cerca al médico, que avanzó por el pasillo tras la puerta de acceso. Se colocó unos guantes nuevos, una mascarilla y una bata de usar y tirar.
Una enfermera se acercó entonces a Saeyoung para ofrecerle los mismos materiales. Usarlos era un requisito fundamental para entrar al paritorio, donde Melissa aguardaba, agotada. Lo que la mantenía despierta eran, con total seguridad, los llantos de sus dos hijos.
Saewon y Saemin.
Seven entró con una timidez poco común en él. Se acercó con exceso cuidado, y encontró a su futura mujer tumbada en una cama enorme, rodeada de enfermeras y aparatos. Sostenía a uno de los bebés, y al otro lo acunaba una enfermera.
—Hacía muchísimo que no asistía a un parto de gemelos. —le dijo la mujer, depositando con cuidado al bebé en sus brazos. —Con cuidado, eso es.
Y el llanto del bebé se intensificó. Parecía que sabía que esos eran los brazos de su padre. Estaba contento, pero quizá añoraba los de su madre. Ese, sin duda, era Saemin.
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ESTO ME TIENE MUY SOFT DE VERDAD ES QUE ADKKDWKSKSJSKSJS
LO HICE. DE VERDAD. LO HICE. DE VERDAD SALI ADELANTE CON EL EMBARAZO AYYY
