XLV - Traslado

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Melissa no dejaba de acariciar la cabeza pelirroja que tenía en su regazo. Tenía la frente sudorosa y caliente a causa de la fiebre.

Vanderwood conducía a toda velocidad por la carretera en dirección al hospital más cercano.

Saeyoung había recobrado el sentido al subirse al coche, que tenía una temperatura más apropiada. Cerraba los ojos porque le costaba mantenerlos abiertos, pero estaba despierto.

La chica le hablaba como si fuera a morirse, y es que la idea de que pudiera hacerlo no se desvanecía de su cabeza. Seven hablaba poco, pero alguna que otra palabra decía. Ese era el punto de anclaje, la señal que Melissa tenía para continuar consciente, sabiendo que aún seguía con vida.

—¿Queda mucho? —Le preguntó al agente secreto—, está con mucha fiebre y los vendajes se han empapado de sangre.

—Ya poco. Concentrate en que no vuelva a perder el sentido.

—¿Y qué hago? —La muchacha iba a volver a llorar, sentía un quemazón por todo el pecho—. Diga lo que le diga solo hace sonidos, ¡solo dice palabras!

—¿Y qué quieres? —Replicó furioso—, está anémico y con un boquete en la pierna. ¡Tú solo háblale y que te mire de vez en cuando!

Vanderwood insistía tanto porque había podido comprobar que la voz y el rostro de Melissa le transmitían serenidad al hacker, incluso en esos momentos tan críticos.

—Cuando te pongas bien haremos un viaje, ¿te parece? —Acarició el flequillo empapado de Saeyoung—. Me da igual si es a un abismo bajo el mar, o a la luna que tanto te gusta.

—El espacio... —Empezó a decir. La voz le salía tan baja que apenas era audible—, eso suena bien.

—Claro que sí.

—¿Te casarás conmigo?

Melissa no sabía si deliraba, pero al responder algo con sentido concluyó que seguía razonando bien, o por lo menos, como lo hacía usualmente.

—Por supuesto que me casaré contigo. Te amo con todo mi corazón.

Vanderwood dio un frenazo inintecionadamente. Acto seguido, se volvió hacia los dos.

—Hemos llegado.

Se quitó el cinturón de inmediato y bajó del coche para ayudar a la chica a cargar con un Saeyoung herido.

—Vamos, socio.

No podía ser demasiado tarde. Ese cabron pelirrojo tenía que aguantar más, no podía dejarla a ella sola, no ahora que portaba una vida en su interior.

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¡Me alegra muchísimo estar llegando a tantísima gente!

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¡Me alegra muchísimo estar llegando a tantísima gente!

Para mí ya es bastante, la verdad. Aunque para algunos 25K pueda ser poco.

Además, muchos sabéis la inseguridad que tenía al principio acerca de sacar un fanfic de Seven como este.

Gracias de nuevo por el apoyo. Me encanta leer vuestros comentarios y ver vuestros votos.

Y a los que vais más allá y recomendáis la obra, os lo agradezco con toda el alma.

¡Dios, Seven! - Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora