XLVI - Lo mejor para los dos

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Entraron en el hospital cargando al pelirrojo, cada uno de un lado, con las cabezas bajo los brazos del herido.

Un médico acudió de inmediato, con cuatro celadores alrededor. Le colocaron una pinza en el dedo y otros aparatos para comprobar sus constantes.

Empezaron a emplear distintos términos para comunicarse entre ellos. Hemorragia era el más común, pero el resto eran como escuchar un idioma diferente.

—Antipiréticos en seguida. —Ordenó el doctor—. Nos vamos a box.

Se llevaron a Saeyoung tan pronto como lo pusieron en una camilla. El largo pasillo de urgencias tenía la entrada prohibida, ni Vanderwood ni Melissa pudieron ir más allá.

Las luces blancas del hospital deslumbraban los ojos pardos de la castaña por culpa del exceso de agua allí acumulado. Vanderwood la miraba de reojo, preocupado por cómo podía estar sintiéndose.

Estaba embarazada y todo en lo que podía pensar era en que se habían llevado a su novio a urgencias, sin decir nada acerca de su estado.

—Va a estar bien. —Le dijo él —. Deberías conocer a Luciel, nada puede detenerle.

—La muerte nos detiene a todos, Vanderwood.

El agente secreto la abrazó con fuerza pensando que aquel gesto podría ayudar. La verdad es que lo hizo, por lo menos Melissa se sentía más protegida y menos situaría.

Aparentemente estaba bien. Llorando a mares y desbordando preocupación, pero bien. A pesar de ello, Vanderwood tenía una mosca tras la oreja. Era una chica muy sensible, y su cuerpo era una guerra de hormonas y emociones extremas.

—Deberíamos aprovechar para que te viera un médico.

—No quiero moverme de aquí hasta que no tenga noticias de Seven.

—Tienes que cuidarte no sólo a ti misma, sino al futuro bebé que llevas dentro.

—Me siento bien. —Mintió—. En serio, esperemos un poco a tener noticias de él.

—Melissa, entra en razón. Si te pusieras en el lugar de Luciel, ¿no querrías que los dos estuvieseis bien?

La chica apretó los labios, dejándose vencer por el argumento demoledor del castaño.

—Tienes razón. Es solo qué...

—Voy a ir contigo. Y tan pronto nos confirmen que esta todo bien, regresarás al lado de Luciel. Confía en mí.

Melissa asintió con la cabeza y separó los ojos del pasillo de urgencias.

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¡Dios, Seven! - Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora