Sabía que vivir con él sería de todo menos normal.
Melissa no estaba preparada para todo lo que iba a suponer vivir con un hacker que a veces parecía tener seis años de edad mental.
•Mystic Messenger FanFiction•
Seven/Luciel/Saeyoung
MICROCAPÍTULOS...
«Menos mal que no es la misma cafetería» pensó la castaña mientras entrando. Todo iría bien mientras no descubriera ningún engaño. Como la última vez.
—¡Melli! —voceó la joven—, aquí. ¡Llegas tarde!
—Perdón, perdón. —Corrió la silla para sentarse con cuidado—. Saeyoung se ha perdido un poco de camino.
—Pues vaya. Tanta informática, y no es capaz de usar un GPS.
Melissa rio por lo bajo. Su amiga pidió un café para ella, mientras que para la pobre embarazada de Melissa pidió un batido.
Antes de que trajeran la comanda, la castaña extendió la mano. Los ojos curiosos de su amiga encontraron lo que tanto desearon ver.
—¡Un anillo nuevo! —Exclamó, sin ocultar sus celos—. ¿Qué pasó con el anterior?
Ella carraspeó la garganta y contestó un "se perdió" muy tajante.
—Y parece más caro que el anterior. No vale con asaltar un banco, tu prometido tiene que ser traficante.
—No digas esas cosas. —Retiró la mano y agachó la cabeza al tiempo que la camarera traía la orden—. Saeyoung se toma muy en serio el tema de la boda.
Le dio un sorbo a su café —y se quejó de que estaba ardiendo— para después continuar con el interrogatorio.
—Está vez parece que va en serio, ¿no?
—Siempre fue en serio. —Frunció el ceño, ligeramente molesta—. Solo que... tuvimos nuestras diferencias.
La amiga se encogió de brazos. Debieron ser unas «diferencias» bastante grandes cuando se trató de cancelar una boda. Por suerte, parecía que nada de eso importaba.
—Me imagino que será después de que nazcan los bebés, ¿no?
—Sí. No quiero parecen un balón en el día de mi boda.
—Que conste que esta vez yo no he dicho nada.
Melissa negó con la cabeza. ¡A eso estaba esperando, a que lo dijera ella! Así no quedaba como una mujer cruel cuando le recordaba que estaba poniéndose un poco —bastante— redonda.
—¿Y como te lo pidió esta vez? Porque volvió a pedirte matrimonio, ¿no?
Melissa casi se atraganta con el batido. Depositó el vaso en la mesa y evitó la mirada de su amiga.
—Pues verás...
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