¡Dios, Seven! - Mystic Messenger

XCVI - Visita al planetario

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Saeyoung se ataba los cordones inquieto. Era fácil saber cuando le preocupaba algo, ya que nada le salía bien. Ni siquiera algo tan fácil como atarse los cordones.

Melissa había dicho que la noche había sido muy larga. Uno de los bebés tenía un comportamiento más activo precisamente por la noche, y teniendo tan poco espacio ahí dentro, paseaba y se movía en su sitio. Solamente cuando el bebé se calmaba, Melissa lograba pegar ojo.

Claro que ella insistía en que no era para tanto. Normalmente lo compensaba con una buena siesta. «Si ella lo dice, no hay problema» se repetía mentalmente.

—Sube el pie, que te los ato yo.

—¿A donde?

—Aquí. En la mesa.

Agacharse era inviable. Seven se había convertido en el asistente de Melissa, sobre todo en lo que se refería a recoger cosas del suelo.

—¿Seguro que quieres ir? Mira que anoche Saewon se movió mucho, y no pudiste dormir demasiado.

—Claro que quiero. Nos vamos a casar en ese lugar, ¿recuerdas?

—Podemos aplazar la visita. Se lo cabezota que eres, dirás que has dormido, pero es mentira.

—No dormido. Y olvídalo. Ahora Saewon está muy tranquilo, tenemos que aprovechar.

—Me preocupa que no duermas, que estés cansada.

—Me apetece tantísimo ir al planetario. Por favor.

—Como tú quieras. —Se encogió de hombros.

Así, Melissa se agarró del brazo de Saeyoung y salieron de casa para bajar al garaje.

Sorprendentemente el clima era bueno. Saeyoung había insistido en llevar una sombrilla, para que no le diera en exceso el sol a Melissa. Los coches de C&R esperaban fuera, con instrucciones de conducir a los prometidos al planetario que dicha empresa había reservado. Sólo quedaba que ella le diera el visto bueno.

—Me muero por llegar.

—Yo también.

El teléfono de Mel empezó a sonar, al tiempo que el conductor arrancó el vehículo.

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