LV - Sorpresa, sorpresa

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Saeran conducía el coche rumbo al hospital y Seven protestaba en el asiento del copiloto. Su recuperación estaba casi completada, y ese 'casi' le eximía de conducir. Y él adoraba conducir.

—Ya vale, Seven. —decía Melissa—. Saeran tiene que concentrarse.

Menos mal que intervino, porque el menor de los Choi estaba a punto de frenar en seco para darle un capón a su hermano.

Llegaron al hospital en cuestión de minutos. Saeran estaba harto de escuchar a su hermano quejarse por no poder conducir, pero entendía lo dura que tenía que ser una recuperación así. Además, su cuñada siempre intervenía cuando estaba a punto de perder los nervios.

Lidiar con Seven cuando se ponía testarudo solo acababa bien para ella.

Entraron en el hospital cogidos de la mano. Saeran se sentía como un candelabro, sujetando velas a los dos lados. Siguieron las indicaciones de los carteles hasta llegar a la sala de espera de ecografía. Saeran no prestó atención porque miraba su teléfono, mensajeando a la chica de la floristería.

—Melissa Craine.

El menor levantó la mirada y se encontró con la consulta de ecografía. Su hermano le hacía señas para que entraran todos juntos.

La castaña se tumbó en la camilla y descubrió su vientre. Le pusieron el gel y dispusieron el dispositivo captador en su piel resbaladiza. Saeran estaba boquiabierto, Seven temblaba como un flan de los nervios.

—¿Qué es esto? —Murmuró el albino.

—No se suponía que vinieras hoy. —dijo ella—. Iba a ser una sorpresa.

El médico esbozó una sonrisa. Aún trataba de localizar el feto.

—¿Saeyoung?

Le miró fulminante. Seven se limitó a sonreír. El médico hincó el aparato un poco más profundo en el abdomen de Melissa, y por fin dio con el premio.

—Ahí están. —Anunció entonces. Trasteó en la propia máquina y dejó la imagen estática. Después seccionó una zona y empezó a señalar mientras—. Apenas se ven bien porque debes estar entrando en tu séptima semana.

—¡Dios, Seven!

Entre la emoción que sentía y lo frío que estaba el gel, Melissa estaba nerviosa.

—Ahí está el primero, y aquí el segundo.

—¿Cómo? —Replicó Saeyoung.

—¿Dos? —Vociferó su hermano.

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¡Dios, Seven! - Mystic MessengerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora