Capítulo 14. Entendimiento. Tercera parte

859 57 34
                                    


Finalmente, Eliza hizo su entrada en el salón de Alice Berry, acompañada por su hermano Neal y Patricia O'Brien.

La hija de los Lagan irradiaba belleza, ataviada con un vestido de seda champán sin mangas, un largo collar de perlas y un delicado tocado de plumas adornando su preciosa cabeza. Con una expresión fresca y satisfecha, parecía sonreír para sí misma mientras realizaba una última inspección minuciosa a su maquillaje con un pequeño espejo de mano dorado. Estaba lista para impresionar y mostrar su esbelta figura a los invitados esa noche, aunque no olvidaba a quién deseaba ver por encima de cualquier otro hombre.

Por su parte, Neal, fruncía el ceño y sostenía un cigarrillo entre los labios mientras escudriñaba la sala con una mirada desdeñosa, buscando a sus amigos, dejando en claro que las damas que lo acompañaban no le importaban en lo más mínimo y no velaría por su seguridad ni por un solo instante a lo largo de la velada.

Junto a los soberbios hermanos Lagan, se encontraba Patricia O'Brien. La muchacha mantenía las manos en su regazo, apretando una pequeña cartera, visiblemente incómoda por estar allí. Su mirada inquieta daba a entender que estaba reconsiderando su decisión de acompañar a la hija de los Lagan a esa velada, como si los recurrentes comentarios desagradables y fuera de lugar de la joven mujer hubieran comenzado desde el vehículo, haciendo que Patty entendiera que esa noche no la pasaría nada bien.

Al divisarlos junto a la entrada de su amplio salón, una sonrisa mezquina y cruel se dibujó en el rostro de Alice.

— Finalmente ha llegado esa mujer, se dijo para sí misma, mirando a Patty con ojos tenebrosos.

Alice consideraba que incluso si Ardlay no se presentaba a la fiesta, las cosas seguirían siendo igualmente interesantes y ventajosas para ella. Esa noche tendría a su merced a Patricia O'Brien durante horas, y una ocasión como esa no la desperdiciaría; ella no era del tipo de desaprovechar oportunidades.

Sin embargo, Eliza ya mostraba signos de impaciencia, y sus ojos recorrían la sala en busca de Arthur Pullman entre los invitados. Cuando se dio cuenta, tras múltiples intentos por encontrar su agradable rostro, de que el hombre no parecía estar presente, frunció el ceño y sus ojos desafiantes se posaron en Alice como diciendo: ¿dónde está lo que he pedido?

— Seguramente vendrá a mi encuentro y no me dejará tranquila hasta que el insufrible de Arthur se presente, pensó Alice, fastidiada por tener que lidiar con las tonterías de Eliza Lagan.

Sabiendo que no podía perder tiempo con la impredecible Eliza, Alice se dirigió hacia el fondo de la sala, donde se encontraba Ethan rodeado de sus amigos.

Fox no había visto entrar a los Lagan ni a O'Brien al animado salón, ya que estaba inmerso en una discusión acalorada con el conocido periodista del "Chicago Express" (1), Eric Patch. De lo contrario, seguramente se habría abalanzado sobre Patricia como un perro de caza.

Una nueva curiosidad invadió a Alice, haciéndola volverse para contemplar a esa joven sin gracia. Por supuesto, Eliza ya se había esfumado de su lado en busca de Pullman, y no tardaría en darse cuenta de que el hombre no estaba entre los invitados. Neal, por su parte, continuaba junto a Patricia, pero había dado unos cuantos pasos adelante, como si estuviera decidiendo hacia dónde dirigirse, y con su típica mirada desdeñosa dejaba claro a la joven que no debía acercarse o seguirlo bajo ningún concepto. La dirección de sus ojos apuntaba a un grupo de mujeres algo ebrias que bromeaban y se dejaban toquetear por dos hombres conocidos. Los afortunados recibían besos en las mejillas, y el champán seguía haciendo estragos en esos sedosos cuerpos femeninos, así que Neal, sonriendo, se aventuró a acercarse al divertido grupo.

Un largo inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora