Capítulo 5. T. G. Primera parte

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El linaje de Terence Graham Granchester en el Reino Unido se remonta al siglo XIV.

El primer título de duque de Granchester fue creado en 1397 por Ricardo II, para Henry G. conde de Nottingham. Posteriormente, el título fue heredado por su hijo menor John G. en 1425.

La casa Granchester pertenece a los miembros de la nobleza denominados recusantes, perseguidos por monarcas como los Tudor, los Stuart, los William, María II y Ana durante el siglo XVII y XVIII.

La familia Granchester fue acusada de ser jacobita durante el siglo XVII y XVIII, como todas las familias nobles católicas que se negaban a abandonar el catolicismo y abrazar la reforma anglicana instaurada por Henrique VIII, en el siglo XVI cuando el Papa Clemente VII, se negó a anular el matrimonio del monarca con Catalina de Aragón.

A finales del siglo XVIII, las grandes familias católicas del Reino Unido se unificaron a la casa real de Hanovre, dinastía real alemana, gozando finalmente durante el siglo XIX de la emancipación católica que les otorgaría la supresión de numerosas restricciones, entre otras, las políticas.

En esta cadena de eventos históricos que aglomeran siglos de conflictos políticos, los Granchester también fueron duramente golpeados, ya que, al ser una familia noble recusante, no les fue fácil existir en una monarquía anglicana.

No obstante, el poder económico de esta noble casa, permitió que su linaje perdura en el tiempo, pues no solamente eran grandes propietarios de tierras en sus dominios de Norfolk, Lanchashire y Escocia, sino que también poseían propiedades en exclusivos barrios de Londres como: Belgravia, Piccadilly y St Jame's.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando Arthur G. su gracia, el duque de Granchester, también marqués, conde, vizconde y Barón estaba vivo, Richard Granchester vivía como un perfecto charlatán a pesar de ser un Lord.

El padre de Richard G. era un gran estadista y político de Inglaterra que pertenecía a la Cámara de los Lores e intentaba restaurar, junto al resto de la nobleza, el poder político de la aristocracia británica, claramente en decadencia desde el XIX.

Pero Richard G. no se preocupada de los negocios de su padre porque era el segundo en la línea de sucesión de su gracia. Su hermano, el marqués Felipe G. sería el encargado de perpetuar el honor de la casa Granchester como el heredero del ducado.

Sobre su madre, lady Granchester, hija del duque de W., se sabe que murió dos años después del nacimiento de su hijo Richard, dejando a su gracia terriblemente afectado pues amaba profundamente a su esposa. El duque no contraería nupcias de nuevo.

Tanto su hermano Felipe como Richard no fueron bendecidos con el calor del amor materno. Fueron criados por tutores hasta la edad de trece años, luego fueron enviados a estudiar al Royal Saint-Paul, institución con la cual la casa Granchester sostenía una filiación desde finales del siglo XVIII.

El Royal Saint-Paul existía desde el siglo XV. Había sido fundado por el jesuita Jimmy Persons que deseaba construir un lugar donde poder acoger a los monjes para el estudio de las ciencias y la formación religiosa.

Posteriormente, durante la persecución católica en Inglaterra, la institución fue trasladada a Saint-Omer en Francia, en 1592 y se convirtió en institución educativa y lugar de enseñanza de los jóvenes católicos ingleses, los cuales tenían prohibido recibir una educación conforme a las leyes de la doctrina católica en Inglaterra, ya que esto fue censurado durante el reinado isabelino.

Como institución católica, el Royal Saint-Paul sufrió graves persecuciones que obligaron a sus directivas a cerrar sus puertas en repetidas ocasiones a lo largo de los siglos, y a mudarse constantemente de lugar cuando eran expulsados de los territorios; por lo que el colegio se refugió en lugares como Brujas en los Países Bajos, volviendo a Francia para residir en Dijon durante un tiempo hasta que finalmente a principios del siglo XIX, se establecieron de nuevo en Inglaterra para permanecer allí hasta nuestros días.

Un largo inviernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora