CONTINUACIÓN DEL CAPÍTULO III

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— ¡A-Luo!


Luo Binghe se despertó alarmado tras oír ese grito. 


El interior del cuarto en el que se encontró tras recuperar la consciencia era bastante oscuro e inmediatamente comprendió que también había sido secuestrado.


— ¡ A-Luo, despertaste!


Entonces se percató que se encontraba atado a una gruesa columna. 


El adolescente luchó con todas sus fuerzas para poder girar la cabeza hacia un lado y —para su total alivio— vio que Ning Yingying se encontraba con vida y —además— parecía estar ilesa.


— A-Luo, Shizun... él...


Luo Binghe la escuchó sollozar y sintió que su corazón se hundía por completo dentro de su pecho.


Imposible.


No había pasado por tantos problemas los últimos días solo para que Shen Qingqiu muriera antes de siquiera tener la oportunidad de lograr que el erudito lo mirara de la forma en la que tanto quería.


[No es así como funcionan las cosas, Usuario. Usted fue traído a este mundo para que su deseo de tener un mejor Shizun pudiera  realizarse. Si Shen Qingqiu muere la cuenta del Usuario se dará por terminada~.]


Un pequeño gemido proveniente de la columna frente a él lo alejó del creciente pánico que estaba sintiendo en ese momento.


Suspiró aliviado al escuchar dicho sonido e inmediatamente viró el rostro y clavó su mirada en aquella dirección.


En ese momento se quedó estático.


Su Maestro estaba amarrado a otra columna... y tenía el torso completamente desnudo.


Luo Binghe —Antiguo Señor de los Demonios y tirano supremo; amo de un harén conformado por las mujeres más hermosas sobre la Tierra y cuyo número de integrantes ascendía a más de mil— se sonrojó al contemplar la vista frente a él.


Aquello debería haber sido imposible.


Después de todo, ya había visto antes el cuerpo de ese hombre.


Sin embargo la última vez lo había estado observando mientras era desmembrado y se deleitaba con la sangre caliente que manaba de él.


Esa acción solo había hecho que su corazón se volviera aún más cruel.


Ahora, al mirar la pálida piel frente a él —roja en algunas partes debido a la fuerza que los cables de vinculación inmortal ejercían sobre ella y los dos frutos de color rosado ligeramente enrojecidos— le hicieron imposible contener el fuerte sonrojo que tiñó la punta de sus orejas.

EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora