CAPÍTULO XV: SUEÑOS OLVIDADOS

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Dos semanas después de haberse batido en duelo ambos Picos y tras las sesiones nocturnas diarias en las que Shen Qingqiu compartía su energía espiritual con Luo Binghe, el señor demoníaco comenzaba a sentirse mucho mejor.


Le resultaba bastante inconveniente que su sangre de demonio celestial aún estuviese sellada pero tener a Shen Qingqiu cuidándolo era algo que valía totalmente la pena si bien su comportamiento como cuidador dejaba mucho que desear.


Ahora que la piel de su tobillo comenzaba a unirse el dolor había disminuido considerablemente por lo que Luo Binghe había estado intentando sostener su propio peso cuando nadie se encontraba cerca para supervisarlo.


Se percató que Shen Jiu estaba impaciente por que se recuperara excusándose en el hecho que quería que se apresurara a sanar para que pudiera entrenar un poco más y estuviera listo para la Conferencia de la Alianza Inmortal pero el que se negara de manera obstinada a ingerir la comida que preparaban en las cocinas comunales le decía al demonio que su Maestro lo quería de vuelta en su cocina.


Así que decidió ganarse algunos puntos de afecto preparando el desayuno para poder así sorprender a su Shizun.


Fue haciendo esto como Mu Qingfang lo encontró por la mañana cuando fue a checar su progreso...


– ...


– ¿Qué es lo que piensas que estás haciendo? ¿Por qué estás de pie? – la voz del médico era tranquila y su expresión denotaba una ligera molestia si bien la vena que sobresalía de su sien indicaba la gran molestia que sentía.


– Ah, Shishu no debería preocuparse. Este discípulo ha sanado de manera considerable gracias a Shizun. Este discípulo creyó que sería bueno hacerle el desayuno para mostrar su gratitud apropiadamente – respondió mientras se ponía la máscara de un discípulo agradable y de corazón puro a pesar que en el interior chaqueó la lengua y puso los ojos en blanco.


– Es mejor que dejes esas cosas para cuando estés completamente curado.


– ¿Qué es todo este alboroto? Mu Shidi, no recuerdo ninguna razón que requiera que estés en mi casa tan temprano.


Shen Qingqiu salió de su habitación, con su túnica exterior cubriéndolo de forma impecable –si bien Luo Binghe podía decir que se la acababa de colocar encima cuando la voz de Mu Qingfang lo había sacado de sus ensoñaciones–.


Su Shizun era alguien con el sueño bastante ligero.


– Shen Shixiong, me disculpo por venir sin avisarte antes. Tenía tiempo libre en mi apretada agenda por lo que decidí venir y revisar las heridas de tu discípulo principal. Al parecer has sobrepasado a Zhangmen Shixiong en cuanto al nivel de cultivo ya que tu discípulo ha sanado lo suficiente como para permitirse estar de pie por su propia cuenta y ser capaz de cocinar.


A pesar de sus palabras afiladas, era obvio que no pretendía ofenderlo. Es más, si tenía que traducir su discurso al idioma de los Señores de Pico, el equivalente sería: "Mira a este idiota. ¿Sabías que lo encontré de pie y tirando por la borda todo tu esfuerzo y generosidad?"


Shen Qingqiu finalmente notó que –sin lugar a dudas– Luo Binghe estaba de pie en la cocina.


Había un plato de comida detrás de él, sobre la mesa. Los vegetales frescos se alineaban en una fila frente a él, listos para ser cortados. Un cuchillo sin usar aún se encontraba al lado de todos ellos.


Aunque sus ojos negros tenían en ellos algo que se parecía a una urgente anticipación este sentimientos se ocultó rápidamente cuando su Shizun parpadeó.


Las cejas del inmortal se fruncieron hacia abajo de inmediato mientras en sus labios se dibujaba una grácil mueca.


– Mu Shidi me halaga. Con certeza este Shixiong no se ha fortalecido lo suficiente como para curar una herida de esa naturaleza con tanta rapidez. Dudo que incluso alguien como Zhangmen Shixiong sea capaz de lograr algo como eso.


Metiendo sus manos dentro de las mangas de su túnica dio un paso hacia adelante, caminando hacia la cocina y mirando fijamente a Luo Binghe con una expresión que reflejaba enojo.


[¡+10 puntos de afecto~! Puede que la sorpresa se haya arruinado ¡Pero la intención es lo que cuenta!]


Echando un rápido vistazo a los ingredientes cuidadosamente ordenados el erudito bajó la mirada hacia el aún vendado tobillo de Luo Binghe y –tras considerarlo por un momento– alzó su pie para presionar ligeramente las gasas que cubrían la herida.


Mu Qingfang dejó escapar un suspiro de desesperación al ver las acciones de su hermano marcial sin notar en absoluto la pequeña sonrisa dibujada en los labios de Shen Qingqiu al hacer esto y siendo tan solo capaz de percibir la postura tensa de Luo Binghe y los esfuerzos que el adolescente hacía para contener un gruñido de dolor.


– Luo Shishi, por favor regresa a descansar. Si tienes hambre le pediré a alguno de tus compañeros que te traigan algo de comer, no es necesario que te sobre esfuerces a ti mismo preparando tus propios alimentos –tras decirle eso, se dirigió a la cocina y tomó a Luo Binghe gentilmente del brazo, pero con un agarre firme – Lo juro, creo que pelear contra ese anciano demonio te causó daño cerebral.


Mientras el médico lo llevaba de regreso a su habitación Shen Qingqiu lo golpeó en la nuca con su abanico, aún plegado.


Así que Luo Binghe solo pudo dirigirse a descansar obedientemente, quejándose y lloriqueando como si fuera un perro que había sido pateado lejos de su dueño.

EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora