EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTAL

CAPÍTULO XVIII: TODO LO QUE HICE FUE DESTRUIRTE

Luo Binghe –antiguo Señor demonio y quien ahora era el chico rudo local– tenía una crisis interna en ese momento.

Sabía que el Abismo Infinito estaba por abrirse gracias al útil contador que el Sistema hacía que pudiera ver constantemente a través de su visión periférica.

Sabía que era algo de lo cuál no podía huir.

En verdad no deseaba que todo el arduo trabajo que había estado haciendo los últimos años se fuera al caño. Finalmente estaba comprendiendo la forma de ser de su Maestro y –entre más aprendía sobre él– Shen Qingqiu bajaba cada vez más sus barreras defensivas, cosa que lo hacía sentir cada vez más y más avergonzado por las acciones que había cometido contra él en su vida pasada.

Sí –había confirmado algunas cosas que ya sabía sobre el hombre– y esas cosas no habían cambiado.

Por ejemplo, Shen Qingqiu en definitiva era un hombre egoísta, celoso y obsesionado con tener una buena posición social. Sabía que si su Shizun tuviera que elegir entre salvarse a sí mismo o salvarse a sí mismo y a alguien más, elegiría salvarse solo a él.

Luo Binghe sabía que el erudito siempre usaría a alguien más como ventaja siempre y cuando le fuera útil y una vez que esa utilidad se terminara se desharía de ellos.

Era por eso que a pesar de lo cercanos que parecían ser —tanto en el mundo onírico como en la vida real— Luo Binghe sabía que su Maestro solo lo veía como un peón que usaría para mejorar su reputación.

Los rumores sobre la vulgaridad de Shen Qingqiu y de él visitando burdeles empañaban su reputación... y esa mala reputación no había desaparecido.

El inmortal jamás había mostrado abiertamente como es que esos rumores lo hacían sentir pero Luo Binghe estaba seguro de estar siendo usado como una tela de seda cuya utilidad era limpiar las manchas de la mancillada reputación de su Shizun.

Y eso no le importaba en absoluto.

Pero ahora –mientras caminaban a través de la densa vegetación del desfiladero y se encargaba de proteger la parte distal de la formación de diamante asesinando a todos los pequeños demonios que intentaban atacarlos por sorpresa– Luo Binghe no podía evitar pensar que todo eso estaba a punto de terminar.

La tela de seda en la que se había convertido no podía aguantar por mucho tiempo más y estaba por esparcir las manchas que anteriormente había limpiado haciendo que la suciedad contenida se esparciera de una peor manera.

No.

Espera.

Quizá... quizá su Shizun no tenía que averiguar la verdad.

¡Podía esconder su herencia demoníaca haciéndose el héroe! Tan pronto como la Pitón Rinoceronte Luna Negra apareciera podía decirle a Shen Qingqiu que se llevara al resto de los discípulos a un lugar seguro. Él pelearía contra el demonio haciendo un gran espectáculo hasta que ellos se retiraran del área.

Después dejaría que su sello se rompiera y se sumergiría cual cisne a las profundidades del infierno.

[...]

El Sistema parecía no tener quejas con respecto a su plan por lo que podía recolectar los puntos de la misión "Antes de la caída al Abismo sin Fin", saltar dentro de él y con ello salvarse de que su cuenta fuera cancelada de forma definitiva.

Incluso podría dejar su espada destrozada sobre los prados para hacerle creer a todos que había sido devorado, que había muerto o sufrido un destino fatal.

¡De esta forma Shizun no lo odiaría y él tendría 5 años para pensar en un plan antes de volver milagrosamente a la vida!

Un demonio cabeza de araña que lo atacó desde arriba lo hizo abandonar su meticulosa planeación al mismo tiempo que una chica que se encontraba en la parte medio de la formación gritó.

Oh, espera, quien gritó había sido un varón.

El arácnido demoníaco se lanzó contra el joven que había gritado, devorando su cerebro y succionando todos los fluidos de su cuerpo y haciendo que el cadáver del discípulo cayera de forma indigna contra el suelo.

Antes que el demonio pudiera hacerse con otra víctima Shen Qingqiu lo colocó contra el suelo y le puso un pie encima, ejerciendo un poco de presión y provocando con ello que la cabeza del demonio araña explotara, ensuciándole con sangre las prístinas túnicas y las botas tan blancas como la nieve.

La mirada en sus ojos era viciosa y le recordó a Luo Binghe la forma en la que había visto al demonio desollador años atrás antes que fuese asesinado.

A quien tenía frente a él ahora era al infame Shen Qingqiu, el cruel y despiadado Señor del Pico Qing Jing.

Solo Luo Binghe sabía la forma en la que esos ojos fríos se derretían y suavizaban ligeramente su mirada cuando probaba su comida.

Solo él conocía la forma en la que esos hombros tan tensos se relajaban bajo sus manos tras un día largo y agotador.

El demonio celestial sabía que si su plan se llevaba a cabo con éxito, él podría tener todo eso nuevamente (y quizá un poco más).

Lo único que tenía que hacer era esperar cinco años.

– Déjenlo ahí, ya es tarde para ayudarlo. Cargar con peso muerto solo nos retrasará– Shen Qingqiu se giró hacia el frente para volver a liderar al grupo mientras las personas que se encontraban en medio lo obedecieron a regañadientes– Quiero que todos presten atención y esten atentos a lo que nos rodea. Puedo asegurarles que hay más de esos demonios con cabeza de araña– continuó el Señor de Pico mientras sostenía a Xiu Ya en una mano y sujetaba su abanico abierto con la otra.

Luo Binghe se percató que su Maestro había asumido una postura de ataque mientras seguían caminando.

El inmortal giró su cabeza ligeramente por encima de su hombro y se dirigió al grupo detrás de él.

– Todos ustedes tienen un nuevo trabajo. Mientras nosotros estamos ocupados protegiéndolos por todos los flancos, deben mantener su atención sobre nuestras cabezas– el erudito hizo una pequeña pausa antes de continuar– ya sea por arriba de nosotros o si ven algo sobresaliendo directamente del suelo. Considérense responsables por la muerte de ese discípulo y asegúrense que un ataque similar no vuelva a repetirse.

— ¡Sí, Maestro Shen!