FIN DEL CAPÍTULO XXVIII

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NOTAS DE LA AUTORA PARA ESTE CAPÍTULO:

⚠️⚠️⚠️⚠️ Este apartado contiene violencia típica canónica al igual que deducciones que fueron hechas a partir de leer los extras sobre el pasado de Shen Jiu y -tal como se esperaba de esa etapa de su vida- algunas de esas implicaciones y descripciones pueden resultar perturbadoras o incómodas. 

Por favor proceda con precaución ⚠️⚠️⚠️⚠️

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NOTAS INICIALES DE LA TRADUCTORA PARA ESTE CAPÍTULO: Chicos, es en serio. Si son igual de softies y sensibles que yo, por favor lean esto con MUCHÍSIMO CUIDADO Y BAJO RESPONSABILIDAD PROPIA (no pago terapias ni me hago responsable de daños psicológicos que no sean los míos). 

Además asegúrense de tener a su lado a su marido o cosita abrazable de confianza xD. Cuando menos una cubeta para vomitar. 

Traducir esta parte del capítulo me revolvió el estómago (y no, aún no es lo peor, aahhh TwT) y también me frustró muchísimo porque bueno... mejor dejo que juzguen ustedes mismos.

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Finalmente llegó el día del juicio.


Desde la vez que vio a Shang Qinghua no había vuelto a tener noticias de Luo Binghe.


Casi había deseado que el mocoso se mantuviera alejado de todo esto ya que así no podría empeorar las cosas.


Sin embargo, tampoco es como si su situación pudiera complicarse aún más y podía decir –por la mirada que había en el rostro de sus hermanos marciales– que las cosas no serían favorables para él.


A pesar que los cultivadores no necesitaban comer o dormir el Líder de Secta –Yue Qingyuan– se veía bastante demacrado. Lucía totalmente exhausto, como si llevara una carga realmente pesada sobre sus hombros.


Cuando el juicio empezó obligaron a Shen Qingqiu a ponerse de pie en medio del gran salón al que lo habían llevado –siendo rodeado por completo por los miembros de las 4 grandes Sectas e inclusive algunos pertenecientes a Sectas más pequeñas que se encontraban dentro de su jurisdicción–.


También fue obligado a usar toscas y horribles túnicas de prisionero.


Dado lo mucho que el Palacio Huan Hua se preocupaba por su reputación –y lo arruinada que había quedado su vestimenta después del "interrogatorio" inicial que le había hecho la pequeña Maestra del Palacio– no hubiera sido nada benéfico para ellos tener que presentarlo frente a todos con nada más que unos pocos trozos de seda cubriéndole el cuerpo y que preservaban –de ese modo– su dignidad.


Haber tenido que aparecer semidesnudo o usando esas espantosas túnicas era algo que poco le importaba a Shen Qingqiu ya que ambas opciones lo degradaban y le resultaban bastante humillantes.


Además –mientras más lo observaban– su ira y su odio ardía con mucha más intensidad en su interior.

EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora