CAPÍTULO XXIII: LA TAN ESPERADA REVANCHA

1.3K 267 18
                                    


Dando un paso tras otro Luo Binghe se abrió camino a través de la nieve. El terreno era tan irregular y traicionero que muchas veces acababa hundido hasta la cintura.


Ai Zhihua apenas y estaba consciente y su cuerpo luchaba desesperadamente por conservar energía. Por esta razón cada vez que Luo Binghe se sumergía en la nieve ella se iba al fondo junto con él haciendo que su cuerpo se hundiera hasta la altura de las rodillas lo que provocaba que –por acto reflejo– se sobresaltara y despertara.


Si tomaba en cuenta su vida anterior, había pasado bastante tiempo desde la última vez que se encontró en este lugar y –además– accidentalmente había abierto el portal demasiado lejos de donde pretendía aparecer (la corte y la Sala del Trono del Palacio de Mobei Jun).


Justo ahora se encontraba caminando con dificultad a través de uno de los jardines cercanos a la Sala del Trono –cosa que podía decir a juzgar por las esculturas decorativas de árboles hechas de hielo y las pequeñas perlas nocturnas luminiscentes de diversos y brillantes colores que colgaban en línea recta a lo largo de toda la Seda de Hada Milenaria–.


Por suerte para él no había guardias alrededor.


Mobei Jun en realidad jamás se había preocupado por algo como eso. Tenía algo que ver con la creencia de su Clan ya que su familia valoraba mucho la fuerza que se poseía como demonio y de la cuál debía valerse para defenderse a sí mismo y a todo lo que le perteneciera.


Una tradición tan arrogante como esa hizo que Luo Binghe se sintiera agradecido de no tener que enfrentarse a miles de guardias mientras protegía a Ai Zhihua antes de tener la oportunidad de enfrentarse a Mobei Jun.


Cuando finalmente fue capaz de abrirse camino a través de la nieve compacta se dirigió hacia un lado del Palacio, escondiéndose detrás de uno de los pilares de aspecto marmóreo.


El Palacio del Reino del Norte estaba hecho en su totalidad de piedra y de un hielo muy especial denominado "Hielo Marmoleado Perpetuo". El hielo –como su nombre lo indicaba– no se derretía jamás ya que había muy pocas cosas (aún más raras, por supuesto) que fueran capaces de lograr tal proeza.


Su aspecto marmoroso le otorgaba un color opaco y bastante sólido dándole así un poco de privacidad a quienes se encontraban en su interior.


El único hielo transparente presente en el Palacio estaba en las ventanas y en algunos muebles.


Después de asegurarse que no había guardias o cualquier otra criatura impidiéndoles el paso, Luo Binghe se agachó y se escabulló al interior del Palacio.


Convenientemente terminó en la Sala del Trono y no estaba seguro de si reírse o llorar cuando vio a Mobei Jun sentado en el solio* con la cabeza ligeramente alzada de dónde antes había estado apoyada (el dorso de su mano).


La apenas visible elevación de su rostro era lo único que dejaba ver la sorpresa que la presencia del demonio celestial le había causado.


En el helado suelo de piedra que se encontraba debajo del podio había un oficial demoníaco que parecía estar rogando piedad. Al lado del trono –o mejor dicho, escondiéndose cobardemente detrás de él– estaba nada más y nada menos que Shang Qinghua.

EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora