EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTAL

CAPÍTULO XVI: EL SONIDO DE TAMBORES A LO LEJOS

Shang Qinghua se estaba ahogando en trabajo y preocupaciones.

Con la Conferencia de la Alianza Inmortal a tan solo unos cuantos días de realizarse el Pico An Ding se encontraba completamente sumido en el caos.

Los últimos años habían ido tan bien como los había planeado...

...

¡Por supuesto que no!

¡¿Qué rayos le había pasado a su novela semental?! ¿¿En dónde estaba el loto blanco que era agraviado por los demás?? ¿¿¿Por qué ahora se había convertido en el discípulo principal de Qing Jing???

Shang Qinghua ha visto a su hijo pródigo en las últimas y escasas reuniones que se habían celebrado en Cang Qiong previo al inicio de la Conferencia ¡Y tenía que decir que las interacciones entre Luo Binghe y Shen Qingqiu eran –sin lugar a dudas–extrañas!

El verbalmente abusivo villano escoria –alguna vez mordaz y cruel– se comportaba ahora como un tsundere fastidiado cada vez que el protagonista tomaba la palabra.

¿Podría Shen Qingqiu ser alguien que también había transmigrado? Si así era, tenía que reconocer que era un gran actor. Pero ¿Por qué había cambiado tanto al personaje? ¡Si Luo Binghe era también un transmigrado, sin duda alguna era mejor actor que Shen Jiu!

De cualquier forma no tenía tiempo para pensar en esas cosas ahora.

Podía ser que el Sistema se hubiera mantenido un poco callado después de otorgarle su misión para que la invasión demoníaca pudiera llevarse a cabo. ¡Pero aún así, tenía mucho trabajo que hacer como Señor de Pico!

— ¡Shifu! Necesitas firmar estos documentos antes que los enviemos al Pico Qiong Ding.

La discípula se acercó a su escritorio antes de dejar caer sobre él un montón de pergaminos. Eran tal cantidad de documentos que el pobre escritorio se vio incapaz de contenerlos por lo que algunos de ellos cayeron al piso, para consternación de la doncella.

— Esta bien, A-Qing. Me encargaré de ellos una vez que termine con todo lo demás.

Su discípula hizo una reverencia antes de retirarse.

Shang Qinghua esperó hasta que ella desapareciera por completo para suspirar, descansando su frente contra la palma de su mano.

El trabajo simplemente se seguía acumulando cada vez más y más.

Sin embargo, solo podía compadecerse de sí mismo mientras recordaba que muy pronto se convertiría en un traidor que estaría bajo las órdenes de un Luo Binghe ennegrecido hasta el momento en el que Mobei Jun se hartara de él y lo asesinara.

Y no, ni siquiera tendría una muerte piadosa.