CONTINUACIÓN DEL CAPÍTULO XI

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Tan pronto como llegaron a las puertas de la entrada divisaron a Yue Qingyuan —quien estaba esperándolos y más que listo para darles la bienvenida—.


Tras hacer una reverencia cada discípulo tomó sus caballos y pertenencias y regresaron a sus respectivos Picos.


Solo Shen Qingqiu, Mu Qingfang y Luo Binghe se quedaron ante el Líder de Secta el cuál —con una sonrisa muy amable— le dio un asentimiento con la cabeza al Señor de Can Qiao, agradeciéndole por la ayuda prestada y pidiéndole que redactara un informe completo cuando se encontrara de vuelta en su Pico.


Después de eso, ambos se despidieron.


En silencio Yue Qingyuan acompañó a Shen Qingqiu y al adolescente de vuelta a la casa de bambú haciendo que el ambiente se sintiera bastante opresivo.


— Ve a prepararme algo de té — ordenó el erudito con brusquedad mientras se sentaba frente a la mesa y tomaba un pincel de caligrafía y un pergamino, comenzando a escribir algo sobre él.


Luo Binghe obedeció y se dirigió a la cocina.


Aunque su Shizun no fue amable al pedírselo decidió que sería indulgente con él solo por esta vez.


El mayor de los tres tenía la mirada fija en Shen Qingqiu. Su sonrisa amable se había ido y ahora miraba a su hermano marcial con ojos tristes y preocupados.


El estratega —por otro lado— se negaba a mirarlo.


— Qingqiu, yo...


La voz del más joven interrumpiéndolo hizo que el Líder de Secta se callara de inmediato.


— Si no me equivoco tienes un criminal del cuál hacerte cargo.


— Sí, ya confesó. Dado que no tiene poder espiritual no quiero ser tan duro con su castigo. Sin embargo la gravedad de sus crímenes y el desconocer quien es el hombre misterioso que le dio el amuleto lo vuelve un poco difícil. Envié a la chica al Palacio Huan Huan. No será puesta en la Prisión de Agua pero pese a eso su compañero de crímenes no será capaz de encontrarla ni sacarla del lugar en dónde está— luego de terminar de decirle eso el Líder de Secta suspiró —Qingqiu, deberías mantenerte alejado de las misiones.


Las cejas del inmortal temblaron y su mano dejó de escribir sobre el pergamino.


— Me niego — contestó en un tono que no dejaba lugar a discusión.


En ese momento Luo Binghe regresó con el té que le habían pedido.


Shen Qingqiu hizo un ligero sonido con los labios para hacerle saber que estaba complacido antes de proceder a tomar la taza casi de inmediato. Después de ello le indicó volver a su habitación (lugar desde dónde continuó espiando la conversación de ambos hombres).


— Qingqiu — la voz de Yue Qingyuan se volvió más severa de pronto, como si fuera un hermano mayor tratando de hacer entrar en razón a su hermano menor — No puedo permitir que te vuelvas a poner en peligro de esa forma. No creas que no noté los efectos secundarios que experimentaste luego de esa pequeña desviación de qi. Eso pasó justo después que regresé a la Montaña, muy poco tiempo después que la invasión demoníaca se llevara a cabo. Luego tuviste ese incidente con el desollador. Y ahora esto. Tu núcleo espiritual fue robado y fuiste envenenado. Tienes mucha suerte que tu discípulo principal se encontrara contigo.

EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora