EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTAL

CONTINUACIÓN DEL CAPÍTULO XVIII

Esto... ¡Esto era perfecto! ¡Totalmente perfecto!

Luo Binghe aún podía llevar a cabo su plan. Lo único que había cambiado era el oponente al cuál se enfrentaba.

Mobei Jun había sido su general en su vida pasada, después de todo, lo cual significaba que él y el demonio de hielo habían mantenido encuentros marciales a menudo, por lo que Luo Binghe sabía lo poderoso que era el Rey del Norte.

Bueno, en realidad solía entrenar más con Sha Hualing, pero aún así*.

Shang Qinghua dejó escapar una especie de chillido antes de desenvainar su espada y hacer un intento patético por atacar al demonio de hielo, lo que causó que sus "esfuerzos" lo hicieran aterrizar a unos 20 metros del Rey del Norte tras ser lanzado contra un árbol después que Mobei Jun lo golpeó en el estómago.

Parecía que el demonio de hielo simplemente había aplastado a una molesta mosca a su alrededor.

Shen Qingqiu chasqueó la lengua mientras el resto de los adolescentes gritaron de miedo o lloriquearon como gesto de simpatía hacia el Señor de Pico caído.

Luo Binghe sabía que Shang Qinghua estaba montando su acto y que estaba siendo un terrible actor.

Había obsevado al Señor de An Ding varias veces (quien usualmente estaba escondido entre la capa de Mobei Jun o sosteniendo entre sus brazos una cantidad imposible de pergaminos y documentos).

Dada la presencia del demonio de hielo en esos momentos Luo Binghe no pudo evitar preguntarse si Shang Qinghua –de alguna manera– había tenido algo que ver en la invasión que se estaba llevando a cabo en ese momento.

Sin embargo no podía desperdiciar su tiempo pensando en algo como eso ahora. Tenía que darse prisa y hacer que Shen Qingqiu se fuera de ahí.

– ¡Shizun, este hombre es peligroso! ¡Permíte que este discípulo lo retrase para que de ese modo Shizun pueda llevar al resto de los discípulos a un lugar seguro!

Antes que Shen Qingqiu pudiera reaccionar Luo Binghe ya había dado unos pasos hacia Mobei Jun.

¡Este discípulo idiota! ¡Ser tan altruista hará que lo maten!

El cultivador podía olvidarse por completo de sermonearlo en cuanto regresaran a Qing Qing.

¡El muy idiota no sobreviriría tanto tiempo!

Apretando sus dientes con fuerza usó un sello de mano para enviar a Xiu Ya a bloquear el camino de Luo Binghe, impidiendo así que su discípulo siguiera avanzando hacia el demonio de hielo.

– ¡Tú imprudencia hará que te maten!

El inmortal se giró rápidamente hacia los cuatro discípulos que había asignado para proteger la formación y les ordenó que llevaran al resto de los jóvenes hacia un lugar seguro y que le dijeran a Liu Qingge que fuera inmediatamente al lugar en el cuál ellos se encontraban ahora.