CAPÍTULO XVII: ANTES DE LA CAÍDA AL ABISMO SIN FIN

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La Conferencia de la Alianza Inmortal estaba a pocos minutos de comenzar oficialmente.


Cada uno de los participantes se encontraba en ese momento recibiendo sus pulseras espirituales (las cuales le sumaban puntos al competidor tras asesinar al demonio con el que se enfrentasen).


Luo Binghe recordaba vagamente que –en su última vida– Liu Mingyan había quedado en la lista de los discípulos que habían tenido las puntuaciones más altas.


¿Quizá sería posible que lograra suavizar la reacción de su Shizun ante la gran revelación si se aseguraba que el Pico Qing Jing quedara bien frente a todos?


El Rey demonío miró de reojo hacia el lugar en el que los Señores de Pico y los otros líderes de Secta se encontraban observando el evento.


Shen Qingqiu cubría su boca con ayuda de su abanico y se encontraba inclinado hacia adelante, hablando con una persona.


Algo le decía a Luo Binghe que estaba siendo observado.


Al apartar la mirada del Señor de Pico sus ojos se encontraron con los del Viejo Maestro del Palacio Huan Hua y –cuando ambos hicieron contacto visual– el joven discípulo hizo todo lo posible para que una mueca de desagrado no se dibujara en su rostro e inmediatamente apartó la mirada y siguió su camino, fingiendo que no había pasado nada.


Un respeto reverencial –mezclado con miedo y asombro– se mostraba en la cara del anciano quien apenas y era capaz de contener sus emociones.


Sin embargo esta era solo una réplica de la misma reacción que había tenido el viejo cultivador en su primera vida, cuando el demonio estaba ya en la cúspide de la admiración y prestigio que le prodigaban todos los demás.


Luo Binghe realmente no quería darle al estúpido viejo ningún tipo de indicio con respecto a lo incómodo que se sentía cada vez que lo observaba.


Siempre había odiado la espeluznante mirada que había en ese hombre cada vez que sus ojos se posaban en él.


Repentinamente el ex Señor de harén se vio rodeado de cultivadoras que vestían diferentes colores de túnicas y también de unos cuantos hombres.


Sabía desde hacía mucho tiempo que atraía hermosas mujeres hacia él como si se trataran de colibríes sintiendo la fuerte necesidad de acercarse y beber de una fuente de agua azucarada.


Sin embargo los varones usualmente se sentían atraídos hacia él debido a su fuerza.


Sin importar el género, las personas lo veían sólo como a un igual o como alguien que era capaz de protegerlos.


Con una sonrisa que no llegaba a sus ojos aceptó las peticiones del grupo y prometió permanecer a su lado durante los días en los que se llevara a cabo la competencia.


Aceptó mientras –por dentro– ponía los ojos en blanco, fastidiado.


EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora