FIN DEL CAPÍTULO XXI

1.4K 273 9
                                    


La cautelosa desconfianza de Ai Zhihua crecía cada vez más.


Entre mejor iba conociendo a Luo Binghe más se incrementaba dicho sentimiento.


A pesar de ser un demonio celestial, usaba túnicas de cultivador y –por lo que había podido deducir– había pasado toda su vida en el Reino humano.


Debido a la presencia de energía espiritual y energía demoníaca dentro de su cuerpo no era difícil para una súcubo como ella darse cuenta que era mitad humano ya que –al ser un demonio que subsistía de la energía de los demás– era muy fácil para ella percatarse de su naturaleza dual.


Entonces... ¿¡Cómo es que un híbrido que había pasado toda su vida en el Reino humano conocía el lugar exacto en el que la legendaria espada Xin Mo se encontraba?!


Había pasado por alto el conocimiento que el joven tenía sobre la flora y fauna que albergaba el Abismo Sin Fin –así como de lo que era o no comestible– dando por hecho que todos estos saberes eran tan solo una coincidencia ya que ¿Qué demonio podría saber lo que las cuatro grandes sectas le enseñaban a sus discípulos?


El joven frente a ella se había negado a responder de forma directa sus preguntas y la súcubo –por lo general– sabía cuando era adecuado dejar de insistir.


Pero cuando este niño –que literalmente había caído del cielo– se encontró frente a frente con una espada demoníaca legendaria no pudo evitar hacerle muchas preguntas.


¿Cómo es que sabía todo eso? ¿Por qué no le daba una respuesta directa?


– Sólo digamos que fue instinto– le respondió el mestizo, caminando cuidadosamente sobre los huesos diseminados en el suelo y los escombros– algo que vi en un sueño o una visión del futuro.


La demonesa no podía entender a lo que se refería pero esa era la mejor respuesta que obtendría de él.


¿Quizá la espada lo había elegido como amo cuando había caído en el Abismo?


Aunque ella jamás había escuchado que algo como eso hubiera sucedido con anterioridad.


Cuando Luo Binghe finalmente se acercó lo suficiente a la espada como para ser capaz de sacarla del lugar en el cual se encontraba alojada –y que, por cierto, era el grueso cráneo de lo que ahora era el esqueleto de un Aullador Gigante Abisal– el mestizo parecía estar pensando si era o no prudente sacar la espada de su sitio.


– Ya estamos aquí ¡Simplemente tómala! Solo los Dioses saben lo que podría estar asechándonos, esperando a convertirnos en su próxima comida...


Las alas de la súcubo la envolvían a la altura de los hombros –como si estuvieran protegiéndola de un ataque furtivo– al mismo tiempo que su puntiaguda cola se cernía alrededor de sus piernas.


Ai Zhihua podía sentir que algo los observaba y –en este punto– ella se encontraba bastante débil como para poder involucrarse en una pelea.

EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora