FIN DEL CAPÍTULO XVI

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Luo Binghe observó como su Maestro entraba en la carroza.


Definitivamente prefería mantener la imagen de un inmortal elegante e inalcanzable a pesar de las protestas bastante ruidosas de su Shimei.


El demonio había visitado el paisaje onírico de su Shizun un par de veces desde la última vez que estuvo ahí —no para destruir su mente sino simplemente para ser testigo de lo que el subconsciente de su Shizun traía a su mente cuando dormía— y –al parecer– sus sueños se desarrollaban siempre en el mismo prado en el que habían estado antes.


Aunque esta vez el niño lo esperaba a él.


Shen Qingqiu no podía recordar su cara al despertar —si bien era bastante consiente de su identidad dentro del paisaje onírico—.


Este era un truco que a Luo Binghe le había resultado muy útil durante su vida pasada y que solía usar para cambiar su apariencia cuando se adentraba a las ensoñaciones de alguien.


Cuando Shen Qingqiu se levantaba olvidaba inmediatamente lo que había soñado —tal y como le sucedía a muchos humanos—.


Luo Binghe se aseguró personalmente que así fuera.


El Rey demonio había llegado al punto de esperar ansiosamente las citas que ambos tenían en el paisaje onírico.


Si su Shizun –por algún motivo– lograba recordarlas mientras se encontraba despierto y decidía que esos sueños eran un inconveniente él mismo le pediría a Mu Qingfang que le diera píldoras que evitaran que soñara.


Para alguien tan habilidoso como él –en cuanto a la manipulación del mundo onírico se refería– no sería difícil poder acceder a su mente aún bajo el efecto de esas píldoras.


Sin embargo había un riesgo de despertar a su Shizun mientras eso sucedía y también podría causar que sus sueños se volvieran demasiado lúcidos.


– ¡Muy bien, todos ustedes! ¡Súbanse a sus caballos y vámonos! – espetó Luo Binghe al resto de los discípulos de Qing Jing al tiempo que subía a su propio corcel.


Los discípulos principales de los otros Picos les dieron órdenes similares a sus compañeros y los elegidos para participar en la Conferencia de la Alianza Inmortal muy pronto ya estaban cabalgando mientras avanzaban con paso firme.


Luo Binghe se colocó muy cerca de la ventana del carruaje sabiendo que muy pronto sería llamado por Shen Qingqiu quien –además de todo– podría presumirlo frente a Qing Qingqi.


El tan esperado golpe contra la ventana del carruaje finalmente se escuchó por lo que el demonio automáticamente se mostró dispuesto sacando de su manga una bolsa qian kun.


— ¿Shizun desea algún bocadillo?


Qi Qingqi levantó su delicada ceja pintada mientras Shen Qingqiu escondía su sonrisa de autosuficiencia detrás de su abanico.


— Sí, y también algunos para tu Shigu*.


Ah.


El inmortal en verdad se encontraba de buen humor. No había otra explicación para que deseara compartir.


Luo Binghe le ofreció a su Maestro la bolsa qian kun (la cual estaba llena de bocadillos recién hechos que aún se mantenían calientes).


[¡+10 puntos de afecto!]


Antes de cerrar la cortina Luo Binghe pudo percibir una fugaz sonrisa en el rostro de su Shizun. Dicha expresión no se encontraba envenenada con ira o presunción sino que era completamente genuina.


Luo Binghe no pudo evitar preguntarse si volvería a ver esa sonrisa una vez que su verdadera identidad quedara al descubierto.


Shen Qingqiu odia a los demonios y no veo como ese hecho podría cambiar en esta segunda vida ahora que nos hemos vuelto cercanos.


Una vez más el demonio celestial sintió una gran ansiedad que se mezclaba con ira y nervios en lo más profundo de sus entrañas al pensar que era imposible para él impedir lo que estaba por suceder.


O saltaba al Abismo Infinito o –esta vez– moriría de verdad.


Tener que volver a ese infierno era inevitable.


Pero quizá podía volver a pasar por todo eso sin tener que tirar por la borda el gran progreso que había tenido hasta ahora.






NOTAS DE LA TRADUCTORA PARA ESTE CAPÍTULO:


* Significa "Tía marcial".




COMENTARIOS DE LA TRADUCTORA PARA ESTE CAPÍTULO: 


Ñom. Por eso mismo mi comentario en la parte del paisaje onírico. 


Una cosa es tomar casualmente  la mano y otra muy diferente esperar a esa persona. Y si bien podría ser que SJ ahora espera por ambos, creo que el hecho de acudir a esas "citas" (¿Es cosa de Luos? Bing mei creyó que tenía una cita con SY en la Prisión de Agua, y ahora Bingge cree lo mismo con el paisaje onírico) significa que no le molesta la presencia del otro, y que incluso se siente cómodo con él.

Vayan preparando sus pañuelos. Se acerca el momento más feo (sí, hablo de la caída).

EL SISTEMA DEL ORGULLOSO DEMONIO INMORTALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora