La situación se complicó en un instante, cuatro cobras gigantes se deslizaban con velocidad hacia ellos, debían contraatacar lo más rápido posible o se convertirían en sus presas. Edward y Alphonse pronto se reunieron con Aome y Miroku colocándose al lado de ellos para atacar en grupo a las serpientes, no había tiempo para armar una estrategia, así que improvisarían, todos se colocaron en pose de batalla con sus armas listas. La primer cobra los atacó lanzando ácido con sus colmillos desde la distancia, Edward y Alphonse se apresuraron a crear muros de piedra para proteger a sus compañeros, mismos muros que no demoraron en ser corroídos por el potente ácido. Aome lanzó una flecha purificadora que atravesó limpiamente la garganta de la serpiente decapitándola, la cabeza y el cuerpo del monstruo cayeron inertes sobre el suelo justo al lado de sus compañeras que no se detuvieron ni por un segundo en su acometida contra los humanos.
— Apártense, yo me hago cargo— Miroku se adelantó unos pasos y se quitó el rosario de la mano dejando libre el agujero negro, absorbería a las tres serpientes faltantes. La fuerza del agujero negro comenzaba a atraer a las cobras, una de ellas ya estaba siendo absorbida pero de manera lenta debido a su gran longitud, tiempo que las otras aprovecharon para huir del rango de absorción y optaron por cavar túneles bajo tierra y esconderse en ellos.
El monje al percatarse de eso selló nuevamente el agujero de su mano— ¡Maldición ahora será más difícil luchar contra ellas!
— Debemos estar alerta, pueden surgir de cualquier lugar— mencionó Alphonse, los demás asintieron.
Aome intentó concentrarse para sentir la presencia demoníaca de las cobras y localizarlas, sin embargo la única presencia demoníaca que sintió fue la de la cobra original, la que se encontraba atrapada en las arenas movedizas. Al parecer las nuevas serpientes sólo eran marionetas de ella. Otra situación que sorprendió a todos fue que la cobra que Aome decapitó con su flecha comenzó a moverse y a regenerarse, fue sólo cuestión de segundos para que se encontrará completamente regenerada y lista para atacar.
— Al parecer estas cosas son inmortales— dijo Edward— se regeneran igual que los homúnculos.
— Son marionetas, tenemos que matar a la original para que éstas desaparezcan— comentó Aome.
— Entonces cambiaremos de plan, atacaremos a la cobra madre— Edward comenzó a correr rumbo a la cobra original, Aome preparó otra flecha para protegerlo de los ataques.
La cobra que se regeneró se cruzó en el camino entre Edward y la cobra madre, permaneció quieta esperando a que el alquimista se acercara. Aome decidió lanzarle la flecha purificadora, pero astutamente la serpiente lanzó ácido hacia la flecha derritiéndola en el camino, lo mismo sucedió con las flechas siguientes.
— ¡Maldito monstruo es muy astuto!— estaba frustrada, ya casi no le quedaban flechas y no lograba causarle daño a la serpiente.
Edward por su parte aprovechó que la cobra estaba distraída para aplaudir y usar la alquimia destructiva contra ella, en esta ocasión la convertiría en puré para que no pudiera regenerarse. Estaba cerca de lograr su objetivo, sin embargo la serpiente tenía otros planes, antes de que el alquimista lograra acertar el golpe, otra de las serpientes surgió del suelo bajo los pies de Edward sujetando su pierna metálica con las fauces, elevándolo en el aire sujeto y colgando por la pierna atrapada dentro de la boca del monstruo.
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.Alphonse y Miroku tampoco la estaban pasando bien, la otra cobra les jugaba una mala pasada, surgía de los túneles únicamente para lanzar ácido y volvía a ocultarse con rapidez, impidiendo que Alphonse tuviera tiempo para transmutar o que Miroku pudiera usar su agujero negro.
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Alquimistas en el Sengoku
Fanfiction¿Que sucedería si Edward y Alphonse deciden buscar la perla de Shikon para recuperar sus cuerpos? ¿Y si por accidente caen dentro del pozo devorahuesos y se encuentran con el grupo de Inuyasha? Este crossover de Inuyasha y Fullmetal Alchemist Brothe...