Capítulo 20: Luna de fuego

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Inuyasha y Aome poco a poco deshicieron el abrazo, él le brindó una sonrisa cálida mientras ella se limpiaba las lágrimas con el dorso de la mano. Tras la espalda de Inuyasha se asomó Shippo - ¡Aome te extrañé! - exclamó y se lanzó a los brazos de la sacerdotisa.

- ¡¡Shippo!! - pronunció con alegría Aome y lo abrazó con fuerza - ¿Pero cómo llegaste aquí?

- Fue una coincidencia, luego te contaré.

Aome se giró para ver al resto de sus compañeros, buscaba a Sango, pero al que vio fue al joven lobo «Kouga está aquí » , pensaba saludarlo pero notó que mantenía una expresión de molestia en el rostro y tenía la mirada enfocada en cierta dirección, dirigió la vista hacia el mismo sitio que él y observó que Winry y Edward se acercaban al grupo tomados de la mano. En ese momento no logró comprender el por qué Kouga estaría tan molesto ante esa situación. Se giró de nuevo hacia Inuyasha - ¿Dónde están Sango y Kirara? - le preguntó.

- Están bien, el sarnoso las puso a salvo después de que se desmayaran durante el combate.

- ¿Y qué hace Kouga aquí?

- Nos topamos con él en el camino y se nos pegó como lapa.

- ¡Oh! - fue lo único que respondió.

Cuando Edward y Winry se reunieron con el grupo, el duelo de miradas de odio entre Edward y Kouga no se hizo esperar.

«¿Qué le puede ver Winry a ese tipo?, Es un simple humano y además es más bajo que ella» pensó Kouga sin apartar la vista de él.

«Ese sujeto me está retando con la mirada, ya arreglaré cuentas con él cuando hayamos acabado con Naraku» fue el pensamiento de Edward antes de pasar caminando a su lado y responder al desafío también con una mirada asesina.

- Ahora que estamos todos reunidos sería conveniente armar una estrategia contra Naraku, porque las medidas que implementamos mi hermano y yo para detenerlo junto con sus marionetas es algo temporal, en cualquier momento se liberarán y debemos estar preparados - habló Alphonse apartando la mirada de Inuyasha y Aome pues le dolía verlos juntos.

- En primer lugar Inuyasha, Winry y Shippo deben ocultarse en un lugar seguro ya que no pueden luchar - agregó Miroku.

- Tsk - chasqueó los dientes Inuyasha - Espero que amanezca pronto para enfrentarme de una vez por todas a ese maldito - la frustración y la impotencia de ser un débil humano se manifestaron con mayor fuerza al ver a sus compañeros listos para pelear mientras él tenía que ocultarse como un cobarde.

- Yo puedo hacerme cargo de destruir la barrera de Naraku, pero necesitaré quien me apoye atacándolo directamente y las marionetas pueden ser un verdadero problema - dijo Aome.

Edward observó el panorama «Esta es una zona desierta, no hay árboles ni seres vivos, eso es conveniente para mi plan» pensó - Yo me haré cargo de las marionetas solo, así que los demás pueden enfocarse en luchar contra Naraku.

- Oye enano ¿Qué te hace creer que podrás tu sólo con tantas marionetas? - dijo Inuyasha.

- Tengo un plan en mente, pero necesitaré que me prestes tu haori fenómeno.

- Está bien - «¿Para qué lo querrá?, Bueno eso no importa, si es que lo piensa utilizar para combatir contra Naraku no tengo objeción» Inuyasha se quitó el haori y se lo entregó a Edward, por su parte el alquimista le había entregado su abrigo a Winry y se colocó el haori a modo de capa.

- Por lo visto eres un sujeto muy presuntuoso ¿Acaso te crees un dios o algo así? - Kouga no pudo contener su afilada lengua.

Edward lo encaró molesto ante el comentario, el lobo había tocado una fibra bastante sensible ya que los recuerdos de Nina regresaron a su mente, deseaba romperle la cara a golpes a ese tipo, pero no era el momento adecuado, la prioridad era combatir a Naraku, así que optó por responder con la mayor calma posible - No soy un dios, ni un demonio, soy un simple humano, pero si he dicho que me haré cargo de las marionetas es porque puedo hacerlo - dijo con voz firme y dio media vuelta antes de que Kouga pudiera responder algo, caminó unos metros y aplaudió para luego tocar el suelo creando una trinchera - Winry, fenómeno, y tú pequeño - señaló a Shippo - ocúltense aquí y no salgan para nada - Winry y Shippo entraron a la trinchera con la ayuda de Edward, Inuyasha entró a regañadientes después de ellos, por primera vez se veía forzado a obedecer al alquimista, pero comprendía que en su estado actual sería más un estorbo que una ayuda durante el combate.

Alquimistas en el SengokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora