Omake 5: Un día de película

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A la mañana siguiente del regreso de Sango, Miroku y Kohaku, después de desayunar las chicas entusiasmadas acordaron ir a tomar un baño juntas al río para platicar y relajarse un rato mientras que los hombres se quedarían en la cabaña a terminar las labores domésticas pendientes.

Rin fue la primera en zambullirse en el agua nadando junto a la pequeña Kirara y unos metros más alejadas estaban conversando Aome, Sango y Winry.

- ¡Wow Aome te tatuaste la cruz de Flamel! - exclamó Winry observando el tatuaje en el pecho de la sacerdotisa - ¿Quién te lo hizo?

- Fue Alphonse - respondió con naturalidad ante la mirada pícara de la mecánica y la mirada reprobatoria de la exterminadora.

- ¡Aome! ¡¿Cómo fuiste capaz de hacer algo así?! ¡Debes darte a respetar con él! ¡Ninguna señorita decente anda exhibiendo su cuerpo frente a un hombre con el que no está casada! - mencionó escandalizada Sango.

Aome y Winry la miraron con una ceja enarcada burlándose de la reacción tan prejuiciosa de Sango, a lo que ésta frunció el entrecejo en señal de defender su postura.

- Yo no veo que tenga algo de malo - intervino Winry - Ellos son novios, además conozco a Al desde que éramos niños y te aseguro que es el chico más respetuoso que he conocido.

- Winry tiene razón, Al es todo un caballero - comentó Aome - en todo caso creo que soy más pervertida yo que él - soltó sin reservas.

- Con mayor razón debes darte a respetar y no andarlo provocando - rebatió Sango.

- Ya deja de andar de puritana, si te contara lo que pasó entre Ed y yo hace tres días entonces te daría un infarto - comentó Winry con una sonrisa maliciosa llamando la atención de sus amigas.

- ¿Qué pasó? - preguntó Aome con sumo interés.

- Él y yo lo hicimos por primera vez - mencionó sonriente y levemente sonrojada.

- ¡Kyaaaaaaaa! - gritó Aome con entusiasmo - ¡Tienes que contarme todos los detalles! - dijo sacudiendo a Winry por los hombros mientras Sango sólo abrió los ojos por la impresión.

- Bueno, ¿Qué es lo que quieres saber?

- ¿Cómo se siente?... ya sabes... cuando entra - dijo Aome bajando la voz para que Rin no escuchara. A Sango casi le da el patatús al escuchar la pregunta tan atrevida de su amiga.

Winry se sonrojó al recordarlo, pero de igual manera contestó - Digamos que es como tener una muela picada - dijo recordando un chiste que le contó el señor Garfiel.

- ¿Como una muela picada? - habló Sango por primera vez inmiscuyéndose en la plática.

- Sí, te va a doler pero no vas a querer que te la saquen - respondió carcajeándose.

- ¡Jajajaja! ¡Jajajaja! - Aome también comenzó a reír tras entender el chiste.

- ¡Son unas cerdas! - exclamó Sango haciendo un mohín.

- ¡Y tú eres una mojigata! - le contestó Winry siendo apoyada por Aome.

Sango decidió quedarse callada mientras las otras dos continuaban con su plática porque aunque se hiciera la recatada, en el fondo deseaba saber también el chisme.

- Ya en serio, cuéntame cómo fue todo - le pidió la sacerdotisa.

- Pues al principio si me dolió bastante, pero Ed me tuvo mucha paciencia y me cuidó en todo momento - dijo con una mirada soñadora - Y cuando pasó el dolor comencé a sentir un inmenso placer que no sabría como describir. ¡Y lo mejor de todo es que lo hicimos dos veces seguidas!

Alquimistas en el SengokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora