Alquimistas en el Sengoku

Omake 2: El extraño paquete

Era de mañana, después de desayunar cada quien había tomado un rumbo distinto realizando diversas actividades, sólo Edward e Inuyasha se encontraban dentro de la cabaña improvisada creada con alquimia donde pasaron la noche. El primero leía sentado en un rincón un libro de química que Aome le había prestado; el segundo tomó la mochila de la sacerdotisa y comenzó a hurgar en ella buscando algo.

- No deberías hacer eso, si Aome descubre que estás revisando sus cosas te va a ir muy mal - le advirtió el alquimista sin apartar la vista del libro.

- ¡Ke! Todavía tengo hambre y Aome siempre trae comida en la mochila - respondió sin dejar de buscar dentro de la mochila.

Edward se encogió de hombros al escuchar su respuesta y continuó con su lectura.

Inuyasha tomó un extraño paquete y lo sacó de la mochila, era pequeño y rectangular, lo presionó y se dio cuenta de que era suave, luego lo olfateó pero no tenía aroma - Oye enano ¿Que crees que sea esto? - le lanzó el paquete a Edward y éste lo atrapó para revisarlo.

El rostro de Edward se tiñó de rojo cuando leyó que contenía dicho paquete y se lo lanzó de regreso a Inuyasha - Deberías guardar eso de nuevo en la mochila antes de que Aome se de cuenta.

- ¿Pero qué es esto? - insistió el hanyo, su curiosidad era demasiada.

- Eso es la protección que usan cada mes las mujeres cuando les llega su período.

- ¿Período? ¿ Qué es eso? - Inuyasha no tenía ni idea de a qué se refería el alquimista.

Edward lo miró con extrañeza - ¿En serio no sabes lo que es el período de las mujeres?, ¡No puedo creer que tengas 200 años de edad y seas tan ignorante!

- Pues entonces explícamelo - dijo a modo de órden.

- ¡Qué fastidio! - Edward no pensaba perder su tiempo dándole una charla educativa al hanyo sobre la menstruación - Mejor olvídalo - se levantó y se dirigió a la salida, pero antes de irse giró el rostro para advertirle algo a Inuyasha - Si valoras tu vida, será mejor que guardes eso de nuevo en la mochila antes de que alguna de las chicas te vea - después de eso se retiró de la cabaña.

Inuyasha se quedó pensativo sujetando el paquete entre sus manos y atando cabos en su mente, el alquimista le había dicho que eso era una protección, ¿Sería alguna especie de amuleto?, también había dicho que ese "período" les llegaba cada mes a las mujeres, ¿Sería algún demonio que las atacaba cada mes y por eso necesitaban ese amuleto para protegerse? «Sí, tal vez sea eso, pero si se trata de un demonio yo puedo acabar con él para que no siga atacándolas» esa fue la conclusión a la que llegó «¿Pero cómo lo encontraré?, es probable que sepa ocultarse bastante bien, por eso hasta ahora nadie ha podido destruirlo, ese monstruo llamado período debe ser muy fuerte y escurridizo, no me queda otro remedio que preguntarles a las chicas al respecto para que me digan cuando esté aquí y me enseñen como activan el amuleto de protección contra él» sonrió para sí mismo, ya tenía un plan en mente.

Pasaron unos minutos y Winry entró a la cabaña - Inuyasha ¿Sabes dónde está Ed?, llevo rato buscándolo.

- Estaba aquí pero salió hace un rato y no me dijo a donde iba.

- Está bien, gracias, seguiré buscándolo - estaba a punto de retirarse cuando Inuyasha la llamó.

- Winry quería preguntarte algo muy importante.

- ¿De qué se trata?

Inuyasha le mostró el paquete a la mecánica - Quiero que me enseñes como usas esto cuando viene a ti el período.

- ¡¡Eres un pervertido!! ¡¡Cómo te atreves a pedirme eso!! - Toda la furia de Winry se concentró en un acertado golpe de su llave inglesa que dejó al hanyo casi al borde del desmayo y después de eso se fue del lugar refunfuñando algo sobre idiotas pervertidos.

Poco después Edward regresó a la cabaña acompañado de Alphonse, se sorprendieron al ver a Inuyasha sentado en pose india con un enorme chichón sangrante en la cabeza y sosteniendo aún el pequeño paquete.

- ¿Qué te pasó fenómeno? - preguntó intrigado Edward.

- Tu novia me golpeó con su llave cuando le dije que me enseñara como usa esto para protegerse del período.

- Edward se dio una palmada en la cara, no sabía si reírse o sentir lástima por el hanyo - De verdad que no se puede ser más imbécil, sólo a ti se te ocurre decirle algo así a una chica, quedaste como un pervertido mucho peor que Miroku.

- ¡Ke! ¡Tú tienes la culpa por no querer explicarme qué es el período!

- ¡Yo no tengo la culpa de que seas tan ignorante y de que no me hayas hecho caso cuando te dije que guardaras eso!

- ¡Ya cálmense los dos! - intervino Alphonse - Por lo que me doy cuenta ambos tuvieron la culpa, tú por no explicarle - señaló a Edward - Y tú por ser tan imprudente - señaló a Inuyasha - Si quieres después yo te explico el tema del período femenino - le dijo al hanyo - Pero ahora guarda eso en su lugar - señaló el paquete.

Demasiado tarde...

Aome iba entrando a la cabaña y para mala suerte de Inuyasha lo primero que notó fue el paquete de toallas sanitarias en las manos del hanyo - ¡¡Inuyasha!! ¡¡¿Por qué agarras mis cosas?!! - estaba tan enfadada que no le dio tiempo al mencionado de defenderse - ¡Abajo! ¡Abajo! ¡Abajo!... - gritó a todo pulmón una y otra vez.

- Mejor vámonos de aquí antes de que Aome también quiera desquitarse con nosotros - le susurró Edward a Alphonse temiendo por su vida.

- Sí hermano, Aome enojada da más miedo que la maestra Izumi - confesó Alphonse y ambos salieron a hurtadillas de la cabaña dejando al pobre Inuyasha a su suerte.
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Hola queridos lectores, como lo prometí comencé a escribir omakes para agregarle algo de humor a la historia.

Hoy publiqué dos omakes y para la próxima actualización será un capítulo normal, así los estaré intercalando, espero les hayan gustado, nos vemos pronto, un abrazo!.