Capítulo 48: Una venganza pendiente

55 7 2
                                    

Naraku salió de la habitación donde estuvo recluido por durante dos semanas, se notaba renovado y su aura irradiaba un inmenso poder.

Byakuya lo miró de soslayo sin inmutarse - ¿Ya estás listo para ir a recuperar el último fragmento de la perla?

- En efecto, todos estos días los utilicé para renovar mi cuerpo y deshacerme de aquellos demonios que no me servían, y ahora que tengo la perla casi completa mi poder ha aumentado bastante - sonrió de forma siniestra.

- ¿Entonces cuándo atacaremos?

- Hoy mismo, mis avispas localizaron al grupo de Inuyasha viviendo en una aldea cerca de aquí y al parecer Sesshomaru dejó con ellos a Kohaku y a su pequeña protegida.

- Bien, entonces no deberíamos perder el tiempo, deseo ajustar cuentas con el humano rubio que asesinó a Akaicho - espetó con rencor.

Naraku sonrió de lado al escucharlo - Si quieres luchar contra él necesitarás mayor poder, no debes subestimarlo, ese sujeto acabó con mi ejército de marionetas con un sólo ataque de fuego y fue quien nos aprisionó a Akaicho y a mí en una coraza de diamante.

- ¿Y tú me vas a dar ese poder? - preguntó con incredulidad.

- Por supuesto que sí - de su mano desprendió una masa amorfa color carne del tamaño de una sandía y que se desplazó por el suelo como un gusano hasta llegar a los pies de Byakuya y enredarse en ellos para comenzar a fusionarse con su cuerpo «Esto es grotesco y repugnante» contuvo lo mejor que pudo las náuseas al tiempo que sentía como esa masa se introducía en su cuerpo a través de su piel para dispersarse en su torrente sanguíneo, músculos y huesos. No era una sensación dolorosa, sólo incómoda por decirlo de alguna manera y aunque el proceso fue rápido, la sensación de ser invadido por un agente extraño en su cuerpo seguía latente. Caminó hacia un enorme espejo de pared notando que no hubo ningún cambio en su apariencia física, algo que lo alegró internamente.

- Ahora posees el mismo poder que yo de hacer surgir tentáculos de tu cuerpo, así como de regenerarte con rapidez y expulsar miasma en grandes cantidades.

- Interesante - comentó poniendo a prueba sus nuevos poderes haciendo emerger cuatro afilados tentáculos de su espalda y manipularlos a su voluntad antes de retraerlos de nuevo a su cuerpo regresando a la normalidad - No me parece algo muy estético pero servirá bien para luchar y cobrar venganza, descuartizaré a ese maldito humano rubio...

.
.
.

************************************
.
.
.

La alerta se disparó en los sentidos de Aome, Miroku e Inuyasha, la fuerte presencia de Naraku junto con la perla de Shikon podía sentirse aproximándose a la aldea desde varios kilómetros de distancia.

- Naraku viene hacia acá, debemos poner en marcha el plan que elaboramos para contraatacarlo - todos asintieron ante las palabras de Aome y se prepararon para luchar tomando sus armas.

- Yo me adelantaré para interceptarlo en el camino y ganar algo de tiempo mientras ustedes se preparan y ponen a salvo la aldea - Inuyasha salió corriendo a toda prisa en dirección a la presencia de Naraku mientras que los demás se organizaban.

- Winry, Rin, Kohaku - los nombró Edward - Ustedes deberán quedarse aquí en la aldea, por ningún motivo salgan de este lugar, nosotros combatiremos a Naraku antes de que llegue hasta acá - los tres lo miraron y asintieron.

- Ten mucho cuidado Ed - Winry se acercó a él y le plantó un suave beso en los labios.

- Lo tendré, no debes preocuparte - contestó regalándole una pequeña sonrisa.

Alquimistas en el SengokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora