Capítulo 36: El heredero Gamma del clan Inu

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- Una presencia demoníaca se aproxima - dijo Aome a sus compañeros.

Inuyasha y Miroku asintieron al percatarse también y salieron al encuentro de dicha presencia siendo seguidos por Aome, Sango y los hermanos Elric.

- Es el dragón de Sesshomaru... ¿Qué habrá venido a hacer hasta acá? - preguntó Inuyasha más para sí mismo, pareciéndole un hecho extraño.

Esperaron unos segundos más hasta que Ah-Un aterrizó cerca de ellos, Rin y Kohaku bajaron de su lomo y al ver al grupo echaron a correr a su encuentro.

- ¡Hermana! - exclamó Kohaku y abrazó con fuerza a Sango - Te extrañé mucho.

- Yo también Kohaku - respondió Sango sin poder contener las lágrimas que se agolparon en sus ojos.

- ¡Hermano Edward! - la pequeña Rin sorprendió a Edward a abrazándolo por la cintura - ¡Estoy muy feliz de verte!

- A mí también me alegra verte Rin - dijo Edward con una sonrisa y acariciando con ternura la cabeza de la niña.

- ¡Hola Rin! Ed me ha hablado mucho de ti - Alphonse se agachó a la altura de la pequeña - Yo soy Alphonse el hermano de Edward, es un gusto conocerte.

- Entonces si tú eres el hermano de mi hermano... ¡Eso quiere decir que también eres mi hermano! - exclamó con alegría la pequeña.

- Si - respondió Alphonse.

- ¡Que alegría tengo dos hermanos! - soltó a Edward y abrazó a Alphonse - Aunque tú eres muy grande y mi hermano Edward es más pequeño - dijo con inocencia.

- No me digas pequeño - refunfuñó Edward con una venita saltando en su sien y apretando un puño - Para tu información ya estoy creciendo.

- ¡Jajajaja! - Alphonse no pudo contener la risa - No le hagas caso a Ed, es un poco susceptible respecto a su estatura - le susurró al oído a Rin.

- ¡Malditos mocosos espérenme! - Jaken también bajó de Ah-Un y se acercó al grupo.

- ¿Qué vinieron a hacer aquí y para qué traen un demonio herido con ustedes? - Inuyasha fue directo con su pregunta, le pareció demasiado sospechoso lo que estaba sucediendo.

- Mi amo bonito nos mandó a buscarlos, encontró a esta mujer herida y me dijo que la trajera, luego se fue sin decir nada, pero noté que estaba muy enojado. No tuve otro remedio que obedecer y gracias al poder de mi báculo pude rastrear tu presencia y llegar hasta aquí.

- Aún así eso no nos dice nada - «¿Qué estará pasando con el imbécil de Sesshomaru?» se cruzó de brazos y guardó silencio meditando sobre algun posible motivo.

- Si esa mujer está herida y Sesshomaru la mandó con ustedes debe ser conocida suya, debemos ayudarla - dijo Aome acercándose a Ah-Un - Al ayúdame por favor - el dragón se agachó y Alphonse cargó a la demonesa - Vamos a llevarla a la cabaña.

Los demás permanecieron un momento más afuera conversando y tratando de encontrar una explicación para el extraño comportamiento de Sesshomaru.

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- Necesitamos quitarle la armadura para examinar la herida de su abdomen - dijo Aome mientras que con ayuda de la punta de una flecha desgarraba la tela del hakama a la altura del muslo que tenía herido, notando que la arteria femoral fue desgarrada.

Alphonse aplaudió y tocó la armadura para desintegrarla, Aome se apresuró a abrirle el kosode y revisó la herida de su abdomen - Es más grave de lo que pensaba, su hígado e intestinos fueron perforados, además de que ambas heridas se encuentran envenenadas, si no fuera una demonio ya estaría muerta - mencionó con preocupación la sacerdotisa.

Alquimistas en el SengokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora