Capítulo 29: Vals nocturno

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- 35 litros de agua, 20 Kg de carbón, 4 litros de amoníaco, 1.5 Kg de cal, 800 gramos de fósforo, 250 gramos de sal, 100 gramos de salitre, 80 gramos de azufre, 7.5 gramos de flúor, 5 gramos de hierro, 3 gramos de silicio.

Dos niños rubios dibujaron sobre el piso de su casa un gran círculo de transmutación, el diseño era bastante elaborado a su criterio. Los observó colocar en orden cada uno de los ingredientes que mencionaron con anterioridad sobre dicho círculo.

En el tiempo que los niños continuaban con su labor, echó un vistazo al lugar, la habitación se veía antigua y rústica, parecía haber sido el lugar donde alguna persona sabia cultivaba sus conocimientos, al lado izquierdo se identificaban algunos muebles de madera con cajones, al lado derecho unos estantes llenos de libros, y al centro en el fondo, se lograban apreciar dos antiguas armaduras medievales, incluso una de ellas le pareció sumamente familiar.

Lo extraño del caso era que ella se encontraba de pie observando la escena en primer plano, sin embargo los niños no se percataban de su presencia, era como si no existiera de forma física en ese lugar.

- Ahora necesitamos un poco de información de nuestra alma - dijo el pequeño Ed para cortar con un cuchillo la yema de su dedo índice y dejar caer unas gotas de sangre sobre los ingredientes e incitando a su hermano a hacer lo mismo.

- Llegó el momento Al - ambos colocaron las manos sobre el círculo para activarlo.

Algo hizo "click" en la mente de ella al enlazar lo que estaba observando con lo que los hermanos Elric le contaron sobre el tabú que cometieron. Un terrible sentimiento de angustia se apoderó de su persona, sabía lo que ocurriría a continuación y debía detenerlos - ¡Ed, Al, deténganse! - gritó lo más fuerte que pudo, no obstante los niños ni se inmutaron, era como si no la hubiesen escuchado. En su desesperación decidió correr hacia ellos para evitar que activaran el círculo, una tenue luz azul comenzaba a iluminar poco a poco las líneas externas del círculo y pronto lo cubriría en su totalidad. Todavía estaba a tiempo de detenerlos y evitar que cometieran el peor error de su vida, pronto llegó hasta ellos e intentó sujetarlos para alejarlos de ese círculo maldito, sin embargo lo único que consiguió fue atravesarlos como si fuese un fantasma, no podían verla ni oírla, no existía modo de advertirles lo que sucedería si continuaban con la transmutación.

Negó una y otra vez con los ojos llorosos, no había nada que pudiera hacer, ella era ahí una mera espectadora y sólo a ese papel podía reducirse. Frustrada, impotente y con lágrimas surcado sus niveas mejillas, se resignó a quedarse quieta observando lo que sucedería a continuación.

El círculo se iluminó por completo de una luz azulada que emitía algunos relámpagos del mismo color, más en un instante esa luz comenzó a tornarse violeta y rayos negros de energía rodearon el círculo.

- ¡Hermano algo extraño pasa! - exclamó asustado Alphonse al ver ese cambio.

Un gigantesco ojo se materializó dentro del círculo, y de éste surgieron varias tiras negras con forma de pequeñas manos en la punta, sujetaron a Alphonse de las extremidades descomponiéndolas al tacto y a Edward le sujetaron la pierna izquierda descomponiéndola de la misma manera que el cuerpo de Al.

- ¡Aaaal! - gritó Ed al darse cuenta de lo que estaba sucediendo «No puede ser, ¿Un rebote?» pensó tras mirar con horror como esas pequeñas manos destruían el cuerpo de su hermano y su pierna.

- ¡Hermanooo!... ¡Hermanooo!... ¡Hermanooo!...¡Hermanooo! - gritaba Alphonse al no poder liberarse.

Alquimistas en el SengokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora