Alquimistas en el Sengoku

Capítulo 34: El regreso

- Prometo que regresaré a visitarlos pronto - se despidió Shippo del grupo y se alejó flotando transformado en un globo rosa, el mes de vacaciones que le dieron en la academia para zorros mágicos había finalizado por lo que debía regresar a continuar con su entrenamiento. Los demás lo despedían con alegría esperando volver a verlo pronto.

Era cierto, ya había transcurrido un mes desde su batalla contra Naraku, un mes en el que no tuvieron una sóla noticia sobre él, todo era relativa paz en ese momento. Un mes en el que estuvieron viviendo en la aldea de la anciana Kaede y se dieron el pequeño lujo de relajarse y disfrutar un poco de la vida.

Las citas nocturnas entre Aome y Alphonse continuaron sin que nadie lo notara, cada tercer día el alquimista la esperaba con una flor o algún otro detalle, conversaban por largo rato hasta que el sueño vencía a la sacerdotisa y terminaba dormida entre sus brazos.

Aome se acostumbró a dormir abrazada por él, en esas noches no tenía pesadillas, en cambio las noches en que dormía sola, venían a ella los recuerdos de los Elric en forma de sueños, le dolía saber que casi no tenían recuerdos felices, la mayoría estaban cargados de amargura, tristeza y pérdidas. Aún le parecía increíble como Edward podía sonreír de forma sincera y Alphonse mantuviera ese carácter tan noble después de lo vivido, sin duda ambos poseían almas puras que no podían ser corrompidas a pesar de las adversidades.

Recordaba haber soñado y sufrido con la muerte de Trisha; acompañar a los hermanos en su desesperación por sobrevivir al ser abandonados en una isla por su maestra y después los rudos entrenamientos con la misma; presenciar el dolor de la rehabilitación de Ed tras perder su pierna y brazo; conocer a muchas personas que fueron importantes para ellos desde que Edward ingresó al ejército; haber llorado en silencio una madrugada entera al conocer la historia de una pequeña niña que fue transformada en quimera por su propio padre y más tarde asesinada; sentir el temor en carne propia cuando un hombre con una cicatriz en la frente casi los asesinó; la muerte de un hombre del ejército con cabello negro, que usaba lentes y que era muy importante para ellos; observar con impotencia como una mujer quimera a la que Alphonse intentó salvar fue asesinada en su propio interior por la espada del Fuhrer; la herida letal que sufrió Ed en su pelea contra Kimblee; las batallas contra los homúnculos; entre otros recuerdos más que decidió mantener en secreto para que ellos no sintieran culpabilidad por provocar de manera inconsciente que ella tuviera esas pesadillas.

Ese mes también fue aprovechado por Edward para entrenar arduamente hasta lograr controlar la alquimia de fuego con maestría. Mismo tiempo en el que casi sin darse cuenta de forma desmesurada su cuerpo ganó varios centímetros de estatura logrando sobrepasar a Winry por un poco. Esto fue gracias a qué Aome ahora también compartía un vínculo con el cuerpo de Alphonse y le ayudaba a alimentarlo, permitiéndole a Edward conservar los nutrientes necesarios para poder desarrollarse. El único inconveniente era que sus automail no crecían junto con el resto de su cuerpo ocasionando que tuviera que compensar el desnivel de sus piernas agregando hasta triple suela en su bota izquierda.

- Si sigues creciendo a esta velocidad, tus automail se convertirán en un problema - comentó Winry mientras medía las extremidades de metal de Edward - necesitas que las remplace por unas más grandes pero no cuento con piezas para hacerlo.

- Yo podría crear las piezas con alquimia si eso es lo que te preocupa - respondió Edward de inmediato.

- El problema no es ese, sino que no contamos con los materiales adecuados para crear esas piezas, en esta época lo único que podrás conseguir es hierro y aunque uses alquimia para transformarlo en acero, volverás a tener el problema que hubo al inicio, las prótesis serán demasiado pesadas y propensas a la oxidación, además de que su resistencia no será suficiente, sobretodo ahora que te enfrentarás en batalla contra enemigos poderosos.