Capítulo 7

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Otro día más, otro día donde tengo que ser la hija perfecta, otro día donde tengo que sobresalir en absolutamente todo lo que hago, hasta en respirar, otro día para ir a aguantar la mierda del instituto, simplemente otro maldito día

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Otro día más, otro día donde tengo que ser la hija perfecta, otro día donde tengo que sobresalir en absolutamente todo lo que hago, hasta en respirar, otro día para ir a aguantar la mierda del instituto, simplemente otro maldito día.

Me alisté haciendo toda la rutina que siempre hago, me coloqué mi uniforme, me peiné bien mi cabello y mi flequillo, miré mis uñas —ya necesito retocar la manicura, el esmalte rosa pastel que siempre uso ya está arruinado— toda yo estoy arruinada.

Bajé hacia el comedor donde ya se encontraba mi padre con una cara bastante cansada y mi madre muy tranquila, desayunando. Tomé un poco de yogurt con frutas y semillas, me moría por comer unas grasientas tiras de tocino y unos waffles cubiertos de chocolate, mi estómago rugió al imaginármelo, en cambio, tengo yogurt, lo que la nutrióloga recomendó para una alimentación balanceada y saludable.

—Necesito que cuando salgas de la escuela vengas directamente a casa cariño —dijo mi madre— Vendrá la señorita Clark para tus lecciones.

—¿Qué lecciones?

No estoy entendiendo nada, la señorita Clark es la maestra de la escuela de etiqueta para señoritas, ya había tomado ese curso, donde te enseñan la postura correcta, cómo cruzar tus piernas correctamente, cómo utilizar los cubiertos correctamente y en qué ocasión, cómo beber el té, cómo saludar, en fin todo se resume a una palabra "correctamente". No entiendo a qué vendrá.

—Te inscribí para el curso de etiqueta avanzado y también te enseñará cocina, además de cómo ordenar una mesa —señaló el comedor— cómo tender correctamente —ahí está la frase— una cama, cómo doblar correctamente la ropa... —la interrumpí.

Pero... ¿qué cosas está diciendo?

—Estás diciendo que... ¿me enseñará a hacer las tareas del hogar? —inquirí con diversión.

—Si, básicamente.

Vale... mi madre oficialmente perdió la cabeza, ya no sabe que cosas dice o hace.

—¿Y eso para qué? Si tienes personal para cada cosa.

—Cuándo te cases tiene que saber todo eso hija.

Casi me ahogo con una uva al escuchar sus palabras, tosí mientras ella me miraba con mucha tranquilidad.

—¿Cuando me case? ¿De qué hablas?

—En algún momento te casarás ¿no? ¿Qué si Ryan te pide matrimonio? ¿Qué harás entonces?

Definitivamente perdió la cabeza. De pronto la poca hambre que tenía desapareció cerrando mi estómago en un dolor molesto.

—¿Ryan? ¡Mamá tenemos diecisiete años! —me exalté— No pienso tomar esa tontería.

—Claro que lo harás —dictaminó con severidad.

Corrupción Letal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora