Sofía Walsh, la niña prodigio de un futuro brillante y prometedor vivía su vida encerrada en una burbuja de falsa felicidad. Creía tener la vida perfecta, una familia perfecta, un novio perfecto y el plan de vida perfecto. Hasta que la pandilla más...
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Los días han pasado más ajetreados de lo que me gustaría. Con Sofía en recuperación, por lo menos ha servido para que no salga de la casa, aún así, ese mismo factor ha hecho todo más difícil, pues el club a pesar de que puedo manejarlo perfectamente bien solo, es mucho más fácil con ella. Las bailarinas a veces me preguntan cosas de las cuales yo no tengo ni idea, los dj's también me preguntan sobre la música a lo cuál yo les respondo que hagan lo que mejor les parece, en fin, ella hace esto mucho mejor que yo.
—¿Cómo vamos con todo? Actualícenme —les pregunté a todos.
Organicé una reunión express, pues entre mi trabajo de guardaespaldas y manejar el club, he estado un poco ausente en cuanto a detalles. Ahora que tengo un poco de tiempo, me viene bien la información.
—Seguimos siendo un éxito con nuestros productos estrellas —me informó Miguel— Cada vez nuestro inventario se agota más rápido.
—La voz se está esparciendo y nos buscan cada vez más —lo secundó Charlie.
Genial, justo lo que necesitamos, más clientela significa más dinero.
—Bien, eso es bueno ¿Qué más?
—Se nos han acercado muchos pidiéndonos un lugar, trabajo —me informó esta vez Ben— Realmente nos estamos volviendo reconocidos, con rapidez.
Di un asentimiento, mis dedos jugaban con el bolígrafo sobre el escritorio mientras mi cerebro maquinaba el siguiente paso.
—Citen a todos para esta noche, en el club, durante la fiesta, ahí tú, Charlie, harás la selección, explicarás nuestros términos y como funcionamos, les darás una pequeña cantidad para que comiencen a venderla.
Mientras más vendedores contratemos más puntos de ventas tendremos a lo largo de la ciudad y poco a poco iremos sacando a los escorpiones del mercado.
—Claro —dijo él.
—¿No es un poco arriesgado? Darles la mercadería así por así —preguntó Scott.
—Lo es, pero es un riesgo que tengo que tomar, no puedo quedarme solo con ustedes, tengo que reunir a más gente, y sé que habrán pérdidas, no faltará el que se consuma la droga y luego no tenga para pagarla, es normal en esto, pero tengo que arriesgar.
Estuvieron de acuerdo, me levanté abriendo la caja fuerte de la pared y saqué de todo un poco, Charlie elegirá a quién darle y cuanto, él estará a cargo de eso, sé que lo hará bien, ha demostrado saber muy bien lo que hace.
—Aún necesitamos conseguir verdaderos hombres de pelea si queremos ir en contra de los escorpiones —habló Trevor.
No ha parado de repetirme lo mismo desde que dicté la sentencia contra los escorpiones, está preocupado y lo entiendo, tiene razón, no podemos enfrentarlos así por así, necesitamos respaldo, hombres que sepan lo que un enfrentamiento es, que tengan sangre fría y no teman a asesinar o ser asesinados.
