Me miré en el reflejo del espejo del baño, la imagen que miraba no hacía más que entristecerme.
Dos semanas de desvelo, cansancio, estrés, no parar de llorar y comer muy poco son notorias. Mis ojos hinchados todo el tiempo con unas horribles ojeras remarcadas debajo de ellos, el color purpura resaltaba en el tono de mi piel ya pálida debido a mi estado. Mis labios resecos y agrietados. Los kilos que bajé de peso no pasaban por desapercibidos. Me miraba horrible y demacrada.
Enjuagué mi rostro con agua fría para aliviar un poco la hinchazón, eso según yo, cuando me miré otra vez noté exactamente lo mismo. Es inútil. Tomé mi kit de maquillaje y comencé a trabajar en mi rostro hasta que el cansancio se notara lo menos posible. El corrector es una cosa mágica.
Peiné mi cabello deshaciéndome de los nudos y noté como el cabello se me cayó más de lo usual. Debo de estar muy enferma para que eso suceda.
Abandoné el baño y en la habitación, sobre la cama de Jace estaba el vestido negro que Zoe había escogido para mi. Me lo puse sin pensarlo mucho, finalicé colocando unos zapatos de tacón no tan altos cómo para incomodarme demasiado. Me miré en el espejo de cuerpo completo de la puerta del armario y la verdad es que mi imagen no me provocaba nada.
Unos golpes en la puerta sonaron, con lo que a penas daba mi voz di la orden para pasar. Jace entró cerrando nuevamente la puerta. Él vestía un traje como el que usó el día de mi cumpleaños, si no es que es el mismo, quizás lo sea. Lucía igual de impresionante cómo ese día.
—Estás hermosa —dijo acercándose a mi.
—solté una risa amarga viéndome otra vez al espejo— Estoy de la mierda. El maquillaje me ayudó muchísimo pero aún puede notarse el cansancio en mi y ni se diga de lo flaca que estoy.
Se colocó atrás de mi, rodeándome con sus brazos. Reposó su rostro contra mi cabeza mientras sus ojos me recorrían en el espejo.
—Yo te veo igual de perfecta que siempre.
—Mentiroso...
—Sabes que nunca te miento. Eres preciosa no digas tonterías.
Una pequeña sonrisa se me escapó. No dije nada más, no quiero ser de esas chicas que insisten en lo supestamente feas que son solo para recibir halagos, se me hacen odiosas. Pero sé que no me veo igual que siempre, no estoy igual, no me siento igual. Y creo que nunca volveré a como era antes.
—¿Lista? Ya se hace tarde.
—asentí con dificultad— Lista...
—Tú puedes nena —besó mi mejilla— No estarás sola ¿ok? Yo estaré a tu lado, Zoe estará ahí, Charlie, Trevor... todos estarán ahí, contigo.
Tragué esforzándome a diluir el nudo que se estaba formando en mi garganta. Donde comience a llorar arruinaré el maquillaje y no deseo verme peor de lo que ya estoy. Sus brazos me soltaron para poder irnos. Tomé unas gafas de sol poniéndolas sobre mi cabeza y nada más, no sé donde está mi celular, tampoco me interesa llevarlo. No hay nadie que vaya a llamarme, nadie con quién quiera hablar.
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Corrupción Letal
Teen FictionSofía Walsh, la niña prodigio de un futuro brillante y prometedor vivía su vida encerrada en una burbuja de falsa felicidad. Creía tener la vida perfecta, una familia perfecta, un novio perfecto y el plan de vida perfecto. Hasta que la pandilla más...