Capítulo 66

203 21 13
                                    

La ansiedad que siento en estos momentos nunca la había sentido antes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La ansiedad que siento en estos momentos nunca la había sentido antes. Una corriente de adrenalina que me acelera los latidos del corazón. El dolor de estómago que está ahí, punzando, recordándome lo que va a suceder.

Vengaré a mis padres, si, castigaré al responsable de sus muertes y de todo la mierda por la que sufrí este año, con mis propias manos. Las palmas me sudan y me pican por la anticipación. Pero sé que eso no será tan fácil como decirlo, sé que será complicado, que habrán balas y sangre, desde ya puedo oler ese particular aroma a metal que emana de ese líquido rojo. Habrá muerte, muchas muertes y ese pensamiento casi me hace arrepentirme, porque Dios, no quiero ni un solo muerto más en mi vida.

Jace y Trevor hablaban por teléfono con el tipo que entregaría el mensaje a Armando. Pasé mi dedo por la mesa vieja y polvosa, el rastro quedó en la madera y en mi dedo una capa de tierra. Ambos encontraron este bar antiguo y en mal estado que solo funciona de vez en cuando, pero al parecer justo ahora tiene un buen tiempo de no abrir. Llegamos a un acuerdo con el dueño del lugar para que nos lo rentara por la noche, él ni siquiera preguntó para qué lo queríamos.

Jace dijo que había que dar la perfecta fachada, que no pareciera que todo era planeado. Así que pondremos a funcionar este lugar por hoy y nuestros hombre son los que estarán bebiendo en las mesas, esperando a atacar.

Es una jugada peligrosa la que haremos. Nos arriesgaremos a que Armando entre volando balas a diestras y siniestras, que ni siquiera busque un pequeño interrogatorio con Jace. Nos estamos arriesgando a que venga con absolutamente todos sus escorpiones y nos gane por mucho en hombres. Puede que nuestros planes no salgan ni por cerca a cómo lo pensamos y terminemos muy mal. Ni siquiera tenemos la certeza de que Armando se presentará.

—Listo. El mensaje será que yo suelo venir a este bar con frecuencia y hoy estaré aquí toda la noche —me informó Jace— Entonces tenemos que estar aquí desde temprano y simplemente esperar a que Armando aparezca.

—Si es que aparece... —dije sin mucha fé.

—Esperemos que así sea. Hay que limpiar este lugar y planear como será nuestra movida.

Concentrados en nuestra misión eso fue justo lo que hicimos. Limpiamos lo más que pudimos el lugar y luego lo recorrimos, armando estrategias, plan A, plan B y plan C. Estudiando el espacio que tenemos para escondernos y movernos, cuáles son los mejores puntos para huir de ser necesario.

Jace estaría ahí afuera, esperando a Armando, nosotros estaríamos escondidos esperando el momento adecuado para atacar, si dabamos un paso en falso, Jace podía morir. Y yo no dejaré que eso suceda, aquí hoy no se muere nadie de los nuestros.

Charlie y los chicos llegaron luego, ellos habían ofrecido su ayuda otra vez. Supongo que ya les terminó gustando la acción de los enfrentamientos más de lo que les gustaría aceptar. Porque muy a pesar de las pérdidas y los malos finales que yo he tenido en ellos, no puedo negar que son emocionantes. La adrenalina del momento, de correr por tu vida, de esconderte, de apretar el gatillo una y otra y otra vez para matar a los enemigos. El cuerpo se me vuelve gasolina y yo por ese instante me siento poderosa, me siento invencible, sabiendo que la vida de esos hijos de puta dependen de mi.

Corrupción Letal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora