Sofía Walsh, la niña prodigio de un futuro brillante y prometedor vivía su vida encerrada en una burbuja de falsa felicidad. Creía tener la vida perfecta, una familia perfecta, un novio perfecto y el plan de vida perfecto. Hasta que la pandilla más...
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El maestro pasó por cada lugar mientras nos entregaba nuestro examen final con la calificación y ahí mismo nuestra calificación final de semestre y de año, no puedo creer que por fin esté sucediendo, por fin saldré de este lugar.
El instituo Sierra ciertamente había sido lo peor de mi vida, al llegar aquí, estaba muy emocionada y orgullosa por lograr ser aceptada, pero no sabría lo que esa admisión y el orgullo de mis padres me costaría, y si que me costó. Me costó toda mi estabilidad emocional, mi autoestima, mi amor propio. Personas como Mike y Maya, que se encargaron de hacerme miserable. Pero eso ya no importa más, recibieron su merecido, y yo, estaba a días de salir de este lugar, para siempre.
El maestro me entregó la hoja, no estaba contento, podía notarlo.
—Su desempeño bajó notablemente señorita Walsh, aún así, sé que es brillante. Espero recupere su motivación, le deseo mucha suerte y exitos en la universidad.
—Gracias señor Morris —le di mi mejor sonrisa.
Mi nota de semestre fue una B, pero el final me dió una A, no veo cuál es el fastidio entonces, no puedo ser siempre perfecta, está bien no siempre sacar la máxima nota, uno tiene altos y bajos y eso está bien, los adultos no deberían de presionarnos tanto.
Salí del salón yendo hacia mi casillero.
—¿Ya tienes tu vestido para el baile? —me preguntó Zoe ansiosa.
—No, no asistiré al baile.
—¿QUÉ? —preguntó escandalosa— ¿POR QUÉ?
—Porque no quiero, Zoe, no quiero volver a ver este lugar nunca, lo odio, no me apetece venir a un baile lleno de personas que no conozco o que se portaron horrible conmigo. Nop, prefiero quedarme en casa.
Entre el estupido baile de graduación y mi cama prefiero mil veces mi cama. Lo último que deseo es seguir viendo a estas personas más de lo que debo. No me apetece despedirme de ni uno de ellos, menos de este lugar, no cuando para mi fue una tortura.
—suspiró— Supongo que te entiendo.
—Sé que tú te verás hermosa y que la pasarás bien. No te preocupes que si tendremos nuestra foto el día de la graduación.
—sonrió— Bien... ¿Ya decidiste que harás? ¿Con el tema de Stanford?
Miré a Jace por un momento, él también parecía interesado en mi respuesta.
—No, aún no sé que hacer.
—Creo que se te agota el tiempo...
—Lo sé, ya veré como lo resuelvo. —dije cerrando el casillero— Te veo mañana ¿si?
Me despedí de Zoe yéndome con Jace.
—¿Crees que algún día pueda contarle a Zoe? —le consulté.
