Hoy es viernes, es decir, día de cumplir el primer deseo de Sofía. No sé ni de dónde me vino el impulso de convertirme en el genio de la lámpara, pero la idea me tentaba, llevar a esa niña dulce e inocente a lo desconocido me tentaba, luego de ver ese cambio de imagen que tuvo, me tentaba. Simplemente era todo mi ser diciendo, hazlo.
Quizás me arrepienta, quizás no, eso está por verse.
Ya había terminado la jornada del día, estaba afuera de su casa, montando en mi motocicleta, esperando a que pudiera escaparse. Me fumaba un cigarrillo mientras la esperaba.
Esta noche será difícil, lo sé, ella se pondrá borrachísima y tendré que cuidarla e ingeniármelas para regresarla a casa, en ese estado, será un gran reto.
Luego de un gran rato la vi salir, tiré la colilla al suelo, tomé los cascos y volteé mi vista a ella nuevamente, esta vez, viéndola mejor, quisiera decir que no me impresionó, quisiera decir que disimulé perfectamente, pero sé que no lo hice.
Verla con esa mini falda de cuero pegada a sus piernas, ese blusa tan corta que dejaba ver su abdomen y con un escote favorecedor, su chaqueta de cuero y sus botas negras de tacón, ciertamente me descolocó. Es que aún no me acostumbro a ver a esta Sofía, solo recuerdo a la niña que irradiaba dulzura hace unos días, con su flequillo y el vestido amarillo, de ella no hay nada, ahora es esta niña tan despampanante que irradia sensualidad ¿cómo es eso posible? Nunca creí que una persona podría cambiar tanto por algo tan simple como un peinado y la ropa.
Reaccioné dándole el casco, ella me rodeó con sus brazos y una vez seguro de que estaba bien agarrada, hice rugir el motor saliendo a toda marcha. Al sentir como soltó una mano de mi cuerpo la miré por el retrovisor, ella elevó su mano, sintiendo el viento chocar, saboreando la libertad.
Al llegar al club estacioné la moto y entramos. Tuve que traerla donde un viejo conocido, estuvo en la cárcel un par de años y coincidimos, él es el dueño y accedió a dejar entrar a Sofía, pues es menor de edad y en ningún otro lugar podría pasar.
Al ver el ambiente tan eufórico del lugar sus ojos se iluminaron, con mucha emoción me jaló adentrándonos al lugar. Ella decidió que nos quedaríamos cerca de la barra, pues a eso veníamos, a beber.
Mientras ella miraba a su alrededor con fascinación, yo también lo hacía, pero estudiando el perímetro, viendo a las personas, buscando algo sospechoso, pues ante todo soy su guardaespaldas y si algo le pasa estando conmigo Walsh es capaz de mandarme a la cárcel nuevamente y darme cadena perpetua.
Volteé mi vista hacia ella, no fue hasta ese momento que noté que hasta su maquillaje es distinto, mucho más producido, en sus párpados tenía una línea negra y sus labios de un llamativo color rojo. Malditamente apetecibles.
—¿Vas a quedarte viéndome o vas a pedir las bebidas? —me preguntó sacándome de mi patético trance.
—¿Qué quieres beber?
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Corrupción Letal
Teen FictionSofía Walsh, la niña prodigio de un futuro brillante y prometedor vivía su vida encerrada en una burbuja de falsa felicidad. Creía tener la vida perfecta, una familia perfecta, un novio perfecto y el plan de vida perfecto. Hasta que la pandilla más...