La noche había llegado, ya estaba lista para la fiesta con unos pantalones de cuerina, un top rojo y unos zapatos de tacon rojos, a como dije, el rojo es mi color. No traje nada para fiesta de casa así que tuve que hacer unas compras de último minuto, eso a Jace no le hizo mucha gracia.
Peinada y maquillada con mis labios ¿adivinen de que color? Ajá pues rojo. Miré a Jace que ya estaba listo, y se miraba de muerte. Una simple camiseta es lo que llevaba, una simple camiseta negra, pero que bien la luce, ceñida a sus músculos resaltándolos, los mismos jeans que llevaba ahora y sus tenis, nada extravagante, iba tan sencillo y aún así, no podía no verlo.
Al llegar a la ubicación que Milton me mandó nos encontramos con una casa bastante grande la cual estaba ya llena de gente, muchísimos chicos por doquier, la música se escuchaba hasta afuera. No esperé un segundo más y entré al lugar.
El interior estaba iluminado como si fuera una disco, con las luces de colores, pero eso estaba así solo en el área mas grande que parecía ser el salón, pasamos de ahí siguiendo el corredor para llegar a otro salón que estaba más iluminado y pude ver como habían chicos jugando al billar y otros jugando a la botella.
Luego a mi derecha había otro pequeño salón, a ese le apodé el salón del sexo, pues todos estaban casi que follando ahí, parecía una orgía masiva. Hasta que llegué a lo que era la cocina, acordé que aquí encontraría a Milton.
El ambiente estaba un poco más relajado en este lado y digo solo un poco porque había una competencia de bebidas, quien bebiera más rápido una cerveza ganaba ¿Qué ganaba? No lo sé. Gracias a mi acompañante no pasamos desapercibidos, pues varios voltearon a vernos, la mayoría mujeres como era de esperarse.
Pasaron solo unos minutos cuando frente a mi se apareció de la nada, un chico de tez morena, ofreciéndome un vaso con una bonita sonrisa ¿acaso todos son guapos aquí?.
—Hola bonita —me saludó con coquetería— no te había visto nunca de estos lados.
—Es que no estudio aquí.
—Pero lo harás ¿o me equivoco?
—me encogí de hombros— Quién sabe...
Volvió a ofrecerme el vaso y lo agarré, él sonrió ante eso.
—¿Quieres ir a bailar? —me preguntó.
Iba a responder pero fui interrumpida por mi guardaespaldas que cuando quiere cumple demasiado bien su labor.
—Qué galante saliste, baila con ella en tus sueños, vete —le dijo Jace poniéndose a la par mía.
—¿Es tu novia? —le preguntó.
—Evítate un problema y piérdete —le sentenció nuevamente.
El moreno lo miró sin entender mucho pero se retiró, Jace se volteó hacia mi y tomó el vaso de mi mano tirándolo al suelo.
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Corrupción Letal
Teen FictionSofía Walsh, la niña prodigio de un futuro brillante y prometedor vivía su vida encerrada en una burbuja de falsa felicidad. Creía tener la vida perfecta, una familia perfecta, un novio perfecto y el plan de vida perfecto. Hasta que la pandilla más...