Sofía Walsh, la niña prodigio de un futuro brillante y prometedor vivía su vida encerrada en una burbuja de falsa felicidad. Creía tener la vida perfecta, una familia perfecta, un novio perfecto y el plan de vida perfecto. Hasta que la pandilla más...
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—Entonces... esta es tu lista —asentí— y se supone que esto te ayudará a encontrarte a ti misma.. —dijo Zoe dejando la libreta en mi mesa.
¿Acaso la idea es así de ridícula como suena? ¿O me lo parece?
—Algo así —reí— Es algo tonto lo sé.
—No, no dije que lo fuera, solo que... jamás pensé que tu quisieras hacer todas estas cosas.
Me encogí de hombros un con una sonrisa divertida.
—Y... dices que Jace te está ayudando —me miró aún más incrédula.
—Difícil de creer lo sé.
Asintió con sus cejas elevadas, confirmando que si es difícil de creer, muy difícil.
—Pues si, creí que no era tu amigo.
—No sé si amigos sea la palabra correcta, somos perros y gatos... —murmuré analizando nuestra situación.
¿Se puede decir que somos amigos? Joder no lo sé, es complicado, es decir, no es como que nos agrademos al cien por ciento, hay muchas cosas que el detesta de mi y muchas que yo detesto de él, pero muy a pesar de eso ha crecido este... lazo entre nosotros, confiamos a nivel que yo le cuento mucho de mi vida y él de la suya, o al menos comienza a hacerlo. Es cómodo cuando estoy con él, me siento segura y tranquila, sé que puedo decirle casi cualquier cosa sin ser juzgada, me escucha y cuando tiene ánimos me aconseja.
¿Se le puede llamar a eso una amistad? Incluso cuando hay un mundo de diferencias entre ambos, cuando tenemos un par de semanas de conocernos... joder es muy confuso. Además ¿cómo podría existir una amistad cuando está este pacto de mi virginidad? No es amistad si hay atracción ¿cierto? Y es obvio que entre ambos hay atracción, él me atrae como un jodido imán a un pequeño y delgado clavo, no puedo dejar de verlo, se roba mi oxígeno y pensamientos; y yo le atraigo a él, es evidente, si no, no querría acostarse conmigo ¿no?. Somos algo pero en definitiva, no somos amigos.
—Pues luego de que te besó, era lógico que la tensión iba a quedar ahí.
—No creo que sea algo de tensión.
Ella llegó acostándose a la par mía, ambas nos quedamos viendo al techo sin decir nada, solo estábamos ahí, existiendo, cada una inmersa en su propio universo de pensamientos.
Un par de días habían pasado desde que Jace y yo discutimos por que no me ve como más que una niñita, no hemos mencionado más de el tema, lo cierto es que no hablamos mucho últimamente, él solo me acompaña a la escuela, entrenamos por las tardes y listo. Creo que si hay tensión, pero no creo que sea por el beso precisamente. ¿Ven lo que digo? Es exactamente mi punto, en una amistad no existen las tensiones, ni sexuales ni de ningún otro tipo, las amistades son ese rinconcito de la vida donde todo fluye, donde la calidez te abraza y puedes ser tú mismo sin miedo.
