Capítulo 19

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Viernes y quisiera decir que eso me alegra, pero no, me espera un largo fin de semana

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Viernes y quisiera decir que eso me alegra, pero no, me espera un largo fin de semana. Pues además de que tengo que ir a ese instituto de mierda, luego tengo que tomar un vuelo hasta San José, porque la princesa tiene que ir a conocer su futura universidad, justo cuando ya tenía planes. Para empeorar la situación, tengo que aguantar ese viaje con su majestad molesta, porque está molesta conmigo, la razón no la sé, pero anda más insoportable de lo normal.

Alisté mi bolsa con todo lo que necesitaría, puse el seguro al apartamento, me subí a mi moto y me dirigí hacia el bar de Caleb.

—Apareciste —dijo— La niña Walsh te tiene muy ocupado eh —rió.

—Más de lo que crees —admití con cansancio— Aquí está lo de la semana.

Saqué el pequeño sobre de mi bolsa y se lo tendí sobre su escritorio, él me dedicó una sonrisa satisfecha.

—Bien, aquí está lo que me pediste —me dió dos pequeñas bolsitas— ¿Se puede saber para qué quieres eso?

—Es un pedido especial, ya te lo pagaré —él simplemente asintió— ¿Te puedo preguntar cómo lo conseguiste?

—No fue fácil, pero con Domenico, un viejo amigo, él me hizo el favor.

Domenico... él suena como un buen candidato a socio, solo tengo que investigar quién diablos es.

—Vale, bueno me voy, se me hace tarde.

—¿Tu princesa te espera? —preguntó burlón.

—Si y si llego tarde se pone insoportable.

—rió— Ay hombre ¿En qué te metiste?

Salí del bar de Caleb yendo hacia la casa de los Walsh. Aparqué mi moto, entré dejando mi maleta en un armario y de inmediato se apareció la caprichosa que me hacía mi vida más difícil frente a mis ojos. Nos montamos al auto, pero no lo encendí.

—¿Te puedes apurar? —preguntó de malas pulgas.

—Mira lo que conseguí.

Ignoré su pregunta mostrándole las dos pequeñas bolsas, ella las tomó y examinó su contenido con mucha intriga.

—¿Esta es?

—Si

—¿Por qué una en polvo y la otra en pastillas? ¿Por qué ambas y no solo una?

—Porque puedes inhalarla o puedes tragarla y para dejarlo impresionado dije ¿Por qué no las dos?

Pensé que vería de su parte aunque fuera una pequeña sonrisa, pero no, solo asintió sin despegar sus ojos de ambas bolsas.

—Eso es bueno, así verá el alcance que tienes para conseguir cualquier cosa. Sabes... —vaciló— Mi próximo deseo en la lista es probar una droga —me miró.

Corrupción Letal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora