Capítulo 30

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El día de ayer, luego de que descubrieran las travesuras de Sofía, no supe mucho de ella

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El día de ayer, luego de que descubrieran las travesuras de Sofía, no supe mucho de ella. Logré escuchar un poco de la discusión con sus pades, sobre todo cuando su mamá le dijo que no era su hija, luego la escuché llorar, eso solo me causó mucha rabia, quería ir y gritarle a Stella que es una señora demasiado idiota por decirle eso a su hija, que no puede rechazarla solo porque decide conducir una motocicleta, eso no la hace menos increible, ella realmente cree que Sofía solo puede ser increible y merecedora de su afecto de mierda solo si pasa esclavizada a una academia de ballet y a sus libros. Quisiera poder mostrarle que es todo lo contrario, que si su hija era fabulosa en ese entonces, ahora lo es el doble. Pero esa anciana no está lista para ver la verdadera historia.

He conocido a mucha gente insufrible y detestable en esta vida, pero Stella se lleva el premio del primer lugar, siempre culpándome de todo, siempre mirándome como si ella fuera una especie superior, siempre criticando y haciendo sentir mal a Sofía.

Luego de esa discusión con sus padres se encerró en su habitación, no la vi el resto del día, no la vi a la hora de la cena, tenía ganas de ir a su habitación pero no podía, simplemente me fui tragándome mis impulsos.

Hoy es domingo y aunque se supone que no debería de estar aquí, la busqué por toda la casa, hasta que la encontré en el patio, sentada en uno de los sillones con un libro en mano, estaba tan absorta leyendo que no se dió cuenta de mi presencia hasta que me dejé caer a la par de ella. Me miró y me dió una sonrisa sin pocos ánimos, sus ojos estaban algo rojos y tristes.

—¿Qué haces aquí? Es tu día libre...

—me encogí de hombros— No tenía nada más interesante que hacer.

Mentira, si tenía cosas que hacer, pero por alguna razón estoy aquí, ella solo asintió y regresó sus ojos al libro. Pasaron minutos en los que no dijo nada, cuanto me desespera cuando es así, me inquieta no escucharla hablar hasta por los codos.

—¿Neurología? —pregunté rompiendo el hielo.

—suspiró— Trato de comprender la mente humana, cómo funciona el cerebro y cómo los trastornos o diferentes padecimientos psicológicos lo alteran. Es un tomo especial entre neurología y psiquiatría.

—¿Por qué lees eso? Creo que las chicas normales de tu edad leen romance con vampiros ¿no?

—logré sacarle una pequeña risa— Desde pequeña pasé más entre libros que jugando con niños de mi edad, siempre que tenía curiosidad acerca de algo lo buscaba entre libros, mis padres no tuvieron que darme la charla de relaciones sexuales, yo lo indagué por mi misma cuando escuché la palabra sexo por primera vez, soy muy curiosa por naturaleza y detesto no obtener respuestas. Así que cuando entraste a mi habitación aquél día, preguntándome por el trastorno de personalidad múltiple y yo no pude darte tantas respuestas, me desesperé, no he tenido paz, necesito entender, necesito saber que tu mamá tiene aunque sea una oportunidad.

Corrupción Letal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora