—¿Seguro que es necesario? —me preguntó ella.
—Si, no puedo arriesgarme, cualquier persona pudo haber visto algo, las cámaras de los vecinos pudieron captar algo.
Nos encontrábamos en el taller del supuesto Tesh que Caleb me recomendó, un tipo bastante delgado de cabello rubio caminó hasta nosotros, me miró a mi y luego a Sofía, ladeando un poco su cabeza para inspeccionarla con una sonrisa bastante coqueta podría decirse. Yo aclaré la garganta para llamar su atención.
—¿Quiénes son ustdes? —preguntó sin más.
—Soy Jace, vengo de parte de Caleb —él asintió— Me dijo que tu puedes ayudarme, necesito una nueva placa para mi moto.
—Si... yo puedo hacer eso, dame una hora.
—Bien, volveré por ella.
El tipo asintió sin problema alguno, volviendo a posar su mirada en Sofía, coloqué mi mano en la espalda de ella para indicarle que caminara. Nos montamos esta vez en la motocicleta de ella, hice rugir el motor con fuerza y salimos hacia nuestro siguiente destino, él más importante en estos momentos.
Llegué a la dirección que el mentado Will me dió. Miré los alrededores mientras apagaba la moto, era un barrio bastante desolado, peligroso, en la zona más pobre de la ciudad. No me hacía mucho sentido que un tipo que se dedicara a comprar joyería, viviera aquí, suponiendo que tiene mucho dinero.
Entré al lugar indicado, una lavandería, supongo que es la fachada. Una señora salió para atenderme.
—Vengo por un pedido especial —le dije.
Era la clave para lo que buscaba, ella asintió y volvió a entrar. Luego de un par de minutos salió nuevamente, diciéndome que podía pasar, señalándome una puerta. Me volteé hacia Sofía quien se miraba un poco nerviosa.
—Será mejor que te quedes aquí —le dije.
—juntó sus cejas sin comprender— ¿Por qué?
—No quiero exponerte más.
—Yo quería todo esto ¿recuerdas? No te pedí que me incluyeras para luego quedarme escondida, yo quiero estar presente en cada cosa, en cada momento.
—Pero... —me interrumpió.
—Y tú no me vas a detener.
Pasó a la par mía caminando hacia la puerta, joder con esta chica. Caminé rápidamente tras de ella, abrió la puerta y entramos pasando un pasillo, para luego encontrarnos con una única puerta al final de este. Tomé lugar delante de ella y golpeé la madera.
—Adelante —se escuchó una gruesa voz desde adentro.
Giré el pomo abriendo la puerta para entrar a una especie de habitación, aunque bastante grande. Ahí nos encontramos con un señor que rondaba entre sus cincuenta y sesenta años, él nos miró y nos hizo un ademán con su mano para que continuaramos. Supongo que él es Will.
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Corrupción Letal
Teen FictionSofía Walsh, la niña prodigio de un futuro brillante y prometedor vivía su vida encerrada en una burbuja de falsa felicidad. Creía tener la vida perfecta, una familia perfecta, un novio perfecto y el plan de vida perfecto. Hasta que la pandilla más...