Sofía Walsh, la niña prodigio de un futuro brillante y prometedor vivía su vida encerrada en una burbuja de falsa felicidad. Creía tener la vida perfecta, una familia perfecta, un novio perfecto y el plan de vida perfecto. Hasta que la pandilla más...
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Entré a mi apartamento azotando la puerta con tanta fuerza que hizo a Trevor levantarse de un brinco y un grito ahogado. No me detuve a ver si murió de un infarto o no.
No puedo creer que esto de verdad esté pasando. Podía sentir la rabia correr por mis venas. Tengo tantas ganas de ir y moler a golpes a ese imbécil de Enzo. Tengo ganas de simplemente desaparecer a todo este jodido mundo.
Pasé directamente hasta la cocina donde tomé una botella de whisky, vertí el alcohol en un vaso y lo bebí de un solo golpe sintiendo como mi garganta quemaba, no esperé mucho para tomar el otro trago. Saqué un cigarrillo llevándolo a mi boca con desesperación.
"Me casaré con él"
Esas cuatro malditas palabras que se repetían una y otra y otra y otra vez en mi cabeza con la única intención de abrirme más la asquerosa herida que habían dejado. Se casará con él. Ella, mi Sofía, se casará... con otro.
—¿Ahora qué pasa? Estás cómo un loco —preguntó Trevor.
—Nada.
—No parece nada ¿Tiene algo que ver con Sofía?
Tensé mi puño sobre la mesa. La sola mención de su nombre me revolvió hasta las entrañas.
—¿Por qué supones que es algo con...Sofía?
—él rió— Porque a ti lo único que logra ponerte en ese estado —señaló mi puño tenso— de locura es ella.
Lo peor es que tiene razón, a mi nada me afecta porque nada me importa, pero esta vez no es así, porque fui un imbécil que le dió el poder de afectarme. Yo dejé que me importara, nunca debí permitir eso.
Pero ahora ya es muy tarde.
—Anda cuéntale a Trevor —sonrió burlón tomando asiento.
—rodé mis ojos— Se casará.
Se casará, ella... se casará. Y no puedo con eso, la sola idea de ella aceptando a otro, dándole el si a otro, yéndose lejos... con otro, para luego vivir con él, para dormir junto a él. Dios mío podría vomitar ante esas repulsivas imágenes.
Trevor me miró sin entender una mierda. Así debí de verme yo cuando ella me lo dijo.
—¿Cómo que se casará? ¿Cuándo le propusiste matrimonio?
—Yo no, idiota. Se casará con otro.
Con otro.
Se casará con otro.
—abrió su boca a la vez que elevó sus cejas— ¿Con otro? ¿Cómo sucedió esto?
—Versión corta: Su madre descubrió lo nuestro, la amenazó con mandarme a la cárcel y para ella evitar eso, pues tiene que casarse con ese imbécil.
