Capítulo 34

379 38 0
                                    

Jace seguía tumbado en la cama, su pecho subía y bajaba pesadamente

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jace seguía tumbado en la cama, su pecho subía y bajaba pesadamente. Mis ojos bajaron por su cuerpo, sentí un calor en mis mejillas al ver su desnudez, aparté la vista rápidamente, aún no me acostumbro a eso.

Busqué las sábanas y enrollé mi cuerpo, al levantarme, vi una mancha sobre la blanca funda, las luces seguían rojas así que no puedo distinguir el color, pero sé que es sangre. Eso me causó algo de impresión, sé que la sangre es mía, pero... es todo tan nuevo para mi.

—Supongo que ya no soy más una niña...

Pensé que lo había dicho para mi en mis adentros, pero cuando Jace me miró y luego vió a donde estaban mis ojos, me di cuenta que había hablado en voz alta.

—Supongo que no, aún así, no dejaré de llamarte niñita.

—Eres un descarado eh. ¿Cómo te atreves a seguirme llamando así cuando tu mismo te encargaste de...? Bueno, eso —señalé la mancha de sangre.

—rió— No parecías muy molesta mientras me encargaba de... eso —me imitó.

Él se levantó y sacó el preservativo de su miembro, sentí la vergüenza abarcarme otra vez así que caminé hacia el baño. En el camino pude sentir un leve dolor en mi cuerpo, tanto en mi interior como en mi exterior, aún así, nada grave, supongo que es normal. Miré que mis muslos estaban algo manchados, así que abrí la ducha y dejé caer el agua caliente sobre mi.

Con mis manos refregué hasta limpiar mis entre piernas de la sangre, la puerta del baño se abrió, Jace caminó hacia mi entrando a la ducha. No pude evitar sentirme intimidada, su altura más su desnudez, no es una buena combinación para mis nervios. El agua cayó sobre su cabeza empapando su cuerpo, pasó su mano por su cabello tirándolo hacia atrás.

Me acorraló en la pared, apoyando uno de sus brazos cerca de mi cabeza.

—Te acabo de follar y ya quiero hacerlo otra vez —murmuró cerca de mis labios— ¿Entiendes el problema?

—¿El... el... pro...blema? —balbuceé.

¿Porqué balbuceo? ¿Donde quedó la Sofía sexy de hace un rato? Esa que muy empoderada le dió todo un espectáculo en el tubo, tal parece que solo fue algo momentáneo.

—Ujum... parece ser que nunca tengo suficiente de ti, eso es un problema. Ahora se me antojará follarte en cada momento y lugar posible.

Tragué nerviosa ante sus palabras, mi estómago se retorció, pero me esforcé en reaccionar natural, no actuaré como una tonta luego de lo que acaba de suceder, por Dios.

—me encogí de hombros— Hazlo, créeme, yo no me opondré —su boca se curvó en una sonrisa pícara— Con una condición...

—enarcó una ceja— ¿Una condición?

—asentí— Si quieres follar cada que se nos antoje, si quieres estar conmigo... es solo conmigo —dije demandante— Digamos que... me gusta la exclusividad —se miraba un poco impresionado ante mi petición— Si no estás dispuesto a cumplir eso, lo entenderé.

Corrupción Letal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora