Hoy mi día se sentía gris, intentando sobrellevar todo, esforzando en olvidar lo que pasaba y cuando los recuerdos volvían, intentaba convencer a mi cerebro de pensar en otra cosa.
Tuve que cerrar mis redes sociales, los mensajes que me llegaban no eran nada amistosos, agregando los memes y demás burlas. Le gente es una mierda, le importa poco los sentimientos de las personas cuando de hacerse los graciosos se trata.
No habia ido al instituto, por supuesto, no estoy loca. Me rehusé a ir, dije que no iría mil veces y aunque mis padres me dijeron que tenía que ir dije que NO y punto. Así que aquí estoy acostada en mi habitación.
Mi madre habló con mi padre de lo que había dicho, que no quería nada con la señorita Clark y que ya no quería más ballet, intentaron persuadirme, me hablaron imponiéndome que lo tenía que hacer, pero les dije que no lo haría, y de rastras no me sacarán de casa.
Ya habían salido en el instituto así llamé a Zoe.
—Anda cuéntame —le pedí.
—¿Para qué quieres saber Sofía? No te lastimes más.
—Cuéntame —repetí decidida.
—escuché su pesado suspiro— Todos siguen hablando de la foto, el director mandó a quitar cada panfleto, hubo una reunión, donde sentenció que quién fuera el culpable sería expulsado, pero obviamente nunca sabrá quién fue. Maya se pavonea por todos los pasillos con su victoria.
Hija de puta, puedo imaginarla caminando con sus aires de diva y su sonrisa victoriosa, mientras yo estoy en mi habitación luchando por no perder mi cordura.
—La odio —mascullé— yo nunca había odiado a alguien ¿sabes? pero la odio.
Lo hago, nunca sentí odio en mi corazón por nadie, pero el rostro de Maya viene a mi mente y puedo sentir el odio correr por mis venas.
—Yo también la odio —secundó— ¿Qué harás?
—suspiré— No lo sé... estoy en un momento de mi vida donde no sé que haré Zoe, no sé que hacer de mi vida.
Me tumbé a la cama boca arriba, perdiendo mi vista en la blanca infinidad de mi techo, como si ahí fuera a aparecer la respuesta que busco.
Estoy tan pedida, como si me hubiesen tirado de la borda en medio océano Atlántico, sin un salvavidas, sin un bote siquiera, no sé para donde ir, me estoy ahogando lentamente porque no puedo hacer nada.
—No pudes seguir así, no puedes dejar que te sigan pisoteando, tienes que defenderte, tienes que darle su merecido.
—Lo sé... es solo que... todo es muy confuso, es como si todo lo que se me ha enseñado toda mi vida ha sido una trampa ¿sabes? He hecho tanto por mis padres que al final me olvidé de mi misma y... yo no sé quién soy, ni que quiero.
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Corrupción Letal
Teen FictionSofía Walsh, la niña prodigio de un futuro brillante y prometedor vivía su vida encerrada en una burbuja de falsa felicidad. Creía tener la vida perfecta, una familia perfecta, un novio perfecto y el plan de vida perfecto. Hasta que la pandilla más...