Capitulo 44

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—Necesito que la voz se corra que buscamos gente, váyanse a los lugares más bajos, todo aquél que quiera trabajar será bienvenido, necesito comenzar a cazar a esos escorpiones —les dije a los muchachos— que los nuevos se encarguen de decirle a sus...

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—Necesito que la voz se corra que buscamos gente, váyanse a los lugares más bajos, todo aquél que quiera trabajar será bienvenido, necesito comenzar a cazar a esos escorpiones —les dije a los muchachos— que los nuevos se encarguen de decirle a sus conocidos y demás.

—Entendido —habló Charlie.

Mi plan en contra de los escorpiones está en proceso, lo que le hicieron a Sofía no se quedará así y ya están pronto a descubrirlo. Miré a Trevor quien no se miaraba contento con mi decisión, sé que no está de acuerdo conmigo, sé que no quiere tomar ese riesgo, pero yo no pienso cambiar de opinión, no cuando le hicieron daño a Sofía, no cuando esos insectos han estado a punto de matar a la única persona que ha logrado hacerme sentir que la vida no es tan gris como siempre la sentí.

—Trevor necesito que me consigas más armas y municiones, de corto y largo alcance.

—Cuenta con eso —dijo con resignación.

Le entregué el nuevo lote a los chicos y salieron del despacho dejándome solo con Trevor sabiendo que su sermón estaba en camino, muy a su pesar hoy no tengo animos para su cobardía.

—Si cazas a los escorpiones desatarás una guerra Jace.

—Ellos declararon guerra cuando le dispararon a Sofía, los voy a acabar y punto, no se discute más.

Me levanté de mi asiento para ir hacia donde los Walsh. Dios, necesito un respiro, tanta cosa me tiene horriblemente estresado. Lo detesto, el estrés, toda esta situación, el atentado contra Sofía, los malditos escorpiones, Trevor siendo un dolor de cabeza, ir y venir entre dos trabajos, necesito que acabe pronto, con suerte así será.

Al llegar a la casa de Sofía entré y la busqué, ahora que ya no está en la escuela y que no sale de casa he podido venir un poco más tarde que antes, eso me permite descansar más y vaya que lo necesito, terminar aquí para luego ir al club hasta la madrugada no es fácil.

Cuando llegué hacia ella y la miré un sentimiento reconfortante me llenó, de pronto ya no me sentía tan cansado de la vida. Pero todo eso se fue a la mierda, cuando ella me miró y no me recibió con la usual alegría de siempre, más bien tenía mucha preocupación en su rostro.

—¿Qué pasa? —le pregunté.

—Enzo lo sabe todo, lo de nosotros...

—¿Qué? ¿Cómo?

—No lo sé, pero ayer me lo dijo, te vió entrar a mi habitación la otra noche, te vió salir, nos vió besarnos ayer, lo sabe todo y está dispuesto a contárselo a mi padre —dijo con muchos nervios.

Maldita sea, lo único que faltaba, para agregarle un problema más a los problemas.

Sabía que ese idiota de Enzo no era nada bueno, sabía saldría con algo y tuve razon. Puedo imaginarlo con su sonrisa llena de burla intimidando a Sofía, mi sangre corrió caliente ante la sola idea y mis manos picaron por torcer su cuello.

Corrupción Letal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora