Capítulo 9

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Han pasado un par de días, días en los que la situación en la casa de los Walsh no ha mejorado

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Han pasado un par de días, días en los que la situación en la casa de los Walsh no ha mejorado. Sobre todo con la niñita, que, por un lado está lo sucedido en su instituto, la tal Maya supo cómo acabarla y lo hizo de la peor manera posible, siendo Sofía tan tímida y recatada, la expusieron completamente, no puedo imaginar lo que habrá sentido. Y por otro lado, tenemos lo de la "traición" como ella lo llama, de sus padres, que la han estado preparando para un matrimonio durante todo este tiempo, un matrimonio en las peores condiciones, con un idiota cómo Ryan, siendo ella tan joven y lo peor, sin su consentimiento.

En tan solo dos días su burbuja de fantasía fue reventada, haciéndola caer de culo en la cruda realidad.

Jamás pensé que el mundo de los ricos sería tan caótico.

Me sorprendió cuando me pidió que le enseñara a pelear, no me negué, hasta cierto punto quería ayudarla ¿por qué? No lo sé... supongo que al final de cuentas terminó cayéndome mejor de lo que esperaba, además... podré ser un delincuente, la peor calaña, un poco antipático, no muy sociable, en fin, podré ser muchas cosas, pero veo a una niña a la que han tenido ciega toda su vida, que no sabe enfrentar el mundo real el cual es una mierda, Sofía a penas está descubriendo qué hay gente mala y para ella la máxima maldad que ha visto es Maya, que es una niñata estúpida; no sabe qué hay más maldad de la que se imagina, no sé, simplemente no quiero ver cómo se la devoran en el mundo exterior. Estoy dispuesto a ayudarla, a que sepa defenderse, a qué saque sus garras y de paso, hacer este trabajo un poco más entretenido.

Son las diez de la mañana del jueves, aún no ha salido de su habitación.

Ayer fue un día bastante aburrido por aquí, pasé jugando cartas con los otros, que ya sé sus nombres, el jefe de seguridad es Josh, el otro del juez es Michael, el de la mamá de Sofía es Dean y luego estoy yo. Claro qué hay más, pero el resto siempre tiene que estar en guardia en el perímetro, no pueden relajarse tanto como nosotros. En fin, ayer no salió de su habitación más que para comer, muy rebeldemente saliéndose de su dieta y para el entrenamiento del día. Hoy no ha salido, no aún.

O eso pensaba, al parecer la invoqué. La vi salir llegando directamente hasta donde estaba yo, vistiendo unos shorts de mezclilla, una camiseta que se ajustaba a su cuerpo, descalza y con una coleta, únicamente con su flequillo sobre su frente, ese flequillo que no hace más que transmitir su inocencia.

—¿Puedes ayudarme con algo? —me preguntó con sus manos tras su espalda y una pequeña sonrisa.

Sabe que luce como un ángel y se aprovecha de eso la condenada. ¿Cómo es que logra siquiera persuadirme? Yo me consideraba una persona impenetrable, a la cual nadie podía convencer de nada, menos con una tonta sonrisa, ahora ya no estoy tan seguro de eso.

—¿Qué cosa?

—Bajar unas cajas y bolsas, que desconfiado...

—Por eso no se aprovechan de mi y ni logran derrumbarme —bajé mi rostro hacia el de ella— Tienes que desconfiar Sofía, de todo y de todos. No todos tienen buenas intenciones, solo así sobrevivirás, sobre todo en tu mundo.

Corrupción Letal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora