Capítulo 24

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El atraco había resultado más exitoso de lo que habíamos esperado, tenía una fortuna en joyas y todo gracias a Sofía y su grandiosa mente

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El atraco había resultado más exitoso de lo que habíamos esperado, tenía una fortuna en joyas y todo gracias a Sofía y su grandiosa mente. Su descabellada idea resultó siendo justo lo que necesitábamos, a mi jamás se me habría ocurrido entrar a robar a la casa de alguno de esos niñatos, todas las buenas ideas las tiene ella, siempre ella.

Dejé en un excelente escondite la bolsa con todas las prendas, pasé seguro a la puerta y salí del edificio yendo hacia el bar de Caleb. Necesito avanzar con todo este asunto, necesito ese dinero ya y necesito los malditos contactos.

Saludé a Oscar como de costumbre, aunque lo vi más atareado de lo normal, habían muchas cajas sobre la barra y las chicas meseras estaban limpiando el lugar. Una vez frente a la puerta de la oficina toqué un par de veces, cuando escuché a Caleb invitándome a pasar la abrí y entré.

—Bien, te espero esta noche —dijo al teléfono— Por supuesto que si —rió— adiós.

Él colgó la llamada y me miró con una sonrisa, yo sin entender mucho tomé asiento frente al escritorio.

—¿Qué cuentas Cavanaugh?

—me encogí de hombros— No mucho ¿tú? Está hecho un caos allá afuera.

—Oh si, de eso quería hablarte, necesito un favor tuyo que a la vez te beneficiará.

Él se acomodó en su silla mientras me miraba con esa sonrisa de complicidad, como si estuviera emocionado por lo que sea que tuviera en mente.

—¿De qué se trata?

—él recostó su cuerpo el respaldar de forma relajada— Necesito que tú, pelees esta noche, por supuesto te llevarás un porcentaje de las ganancias de las apuestas y créeme, serán buenas.

—¿Esta noche? ¿Harás alguna fiesta o qué?

—Algo así, más que una fiesta es un... encuentro. Vendrán algunos socios, gente importante, ofreceré bebidas, damas de compañía, el mejor tabaco, entre otras cosas y por supuesto, el entremetimiento, las apuestas, tú serás mi estrella.

Eso no se escucha nada mal, despertó mi interés el hecho de que habrían socios suyos reunidos.

—alcé mis cejas— ¿Tan importante es?

—Un poco, si ¿Cuento contigo? Mira que ya le hablé a mis socios de ti y están ansiosos de verte pelear.

—Está bien —acepté— ¿A qué hora?

Sonrió con alegría al escuchar mi confirmación.

—Tú peleas exactamente a las once de la noche.

—¿Y contra quién pelearé?

—Oh no te preocupes —hizo un ademán con sus manos— El sujeto jamás te podría ganar —rió.

Corrupción Letal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora